Muchas veces tendemos a subestimar la comida que es vendida en los centros médicos por considerarla mala, baja de sal o falta de sazón. Quizás parte de esos prejuicios es porque seguramente hemos tenido malas experiencias en algún momento.
Desde hace un tiempo, mi amiga Carmen Piedad Montelongo me venía hablando de un lugar donde se comen unas hamburguesas gloriosas, ubicado en la planta baja del Instituto de Otorrinolaringología y Oftalmología, en San Bernardino (Caracas). Debo confesar que tardé mucho tiempo en ir, y una vez que lo visité, gracias a que ella me llevó, me cuestioné por no haberlo hecho antes.
El restaurante se llama Vermont, es un sitio modesto, donde ofrecen variadas opciones de desayunos y almuerzos, todo hecho con dedicación, honestidad y pasión, que le inyecta su dueño, el médico otorrino Andrés Vermiglio, que ha sabido llevar muy bien la medicina y la cocina, esta última también con formación académica.
Aunque los platos que ofrece reciben halagados de sus comensales, son sus hamburguesas las que cautivan, y lo digo con total propiedad, porque desde que llegó a mi mesa la que solicité (la especial), quedé cautivado inicialmente por su olor y luego por su sabor.

El doctor es quien formula y elabora el pan, un brioche de 100 gramos, fresco, con una corteza doradita, crujiente y una miga suave y delicada.
La carne de solomo, con 30% de grasa, pesa más o menos 170 gramos, es jugosa, aromática y especiada, entre otras cosas tiene comino, pimienta, mostaza, perejil y albahaca. Viene con pedacitos de tocineta, cebollas caramelizadas, huevo, queso amarillo, tomate perita, jamón de espalda, lechuga romana y salsas.
También ofrece una de pollo al grill, una de chorizo y para los más golosos está la triple play (carne, pollo y chorizo).
Para mí es todo un descubrimiento en esta ciudad. ¡No se arrepentirán!
Coordenadas:
Vermont Restaurant está abierto de lunes a viernes.
Abre de 7 am a 5 pm, pero la cocina es cerrada a las 4:30 pm.
En Instagram se le puede seguir a través de @vermont.ve.