Aguas minerales para cada momento



No todas las aguas minerales son iguales, presentan diferencias importantes que si se aprenden a distinguir, pueden elevar aún más el nivel de la buena mesa. Lisas, gasificadas o efervescentes, es solo el comienzo. Catamos ocho etiquetas presentes en el mercado venezolano, los resultados apenas calmaron la sed.

¿Acaso no todas las aguas saben igual? ¿Qué tantas diferencias puede haber más allá que sean gasificadas o no? ¿Llegamos al colmo de esta avalancha de productos gourmet que ni siquiera el agua se ha salvado? ¿En verdad, el agua al igual que el vino, puede armonizarse con las comidas y lograr óptimos resultados?

Más que una moda, disfrutar del agua mineral armonizándola con las comidas y otras bebidas no es asunto nuevo, en Italia por ejemplo, se contabilizan más de 800 etiquetas, incluso hay tiendas especializadas y en muchos países cada vez es más común toparse con cartas de aguas.

El agua mineral como tal, es un término que se aplica a las provenientes de pozos subterráneos y deshielos con presencia de sales, ácidos disueltos en el agua, cobre, zinc, potasio, magnesio, hierro entre los más comunes, que suelen ser beneficiosos para la salud. En el mercado las hay de tres tipos: lisas o plain, gasificadas también llamadas sparkling o frizzante y las efervescentes, estas últimas menos comunes porque sus burbujas no son inducidas.

Tan importante es el tema de la calidad del agua, que algunas marcas de licores sugieren su uso dependiendo de la etiqueta, a fin de no alterar las características del producto, lo mismo sucede con especialistas en té y café. Eso responde a que existen aguas más dulces, otras de sabores terroso, metalizado, y en algunos casos tienen picos ácidos, incluso puede percibirse un descriptor salino.

Los defectos más comunes en el agua son exceso de cloro – hecho que responde al 90% de los casos -, presencia de azufre, tierra, salitre y hasta rastros de vegetales. El agua ideal es de un PH tan neutro como sea posible, ligeramente dulzona, limpia a la vista, fresca, con una burbuja delicada cuando de gasificadas se trata y un toque muy ligero de mineralidad en el sabor.

Presencia en la mesa

Al momento de comer, tenga presente algunas recomendaciones de los expertos. Por ejemplo, las gasificadas son ideales como aperitivos, abren el apetito y dan frescura al paladar, también en los casos donde los platillos tengan una tendencia hacia sabores amargos, como sucede con los vegetales, pero no son las más apropiadas para acompañar el resto de la comida, porque alteran los sabores en el paladar.

Las más indicadas para servirse con las comidas son las lisas, al igual que con cualquier tipo de postre o platillo dulce o agridulce. Es importante, considerar la posibilidad de no añadirle hielo, no tiene sentido cuidar la calidad del agua, si sabe Dios con qué líquido se elaboró, aunque potable puede que presente un alto contenido en cloro. Esta recomendación es muy válida en Venezuela donde solemos añadir generosas cantidades de hielo a las bebidas.

Por otra parte, la temperatura ideal del servicio oscila de 10 a 12 grados centígrados. Si es más caliente no se siente su sabor y más fría es perjudicial para el estómago.

Tenga presente que el agua tiene una fecha de caducidad de seis meses, por lo general, basta con fijarse con la fecha de embotellado y sacar la cuenta, pero algunas botellas llevan impresa la fecha de vencimiento. Además, almacénela en resguardado de la luz solar y alejada de olores fuertes, factores que alteran sus características.

Cuando escoja el agua mineral, revise la etiqueta, su nivel de acidez, procedencia, investigue en internet, incluso, informalmente haga una prueba en casa, se sorprenderá de los resultados.

Degustando etiquetas

Con la asesoría y dirección del experto Ettore Perín, se degustaron ocho etiquetas presentes en el mercado local, tres lisas, una efervescente y cuatro gasificadas, de las cuales dos marcas eran de producción local.

En una actividad de este tipo se evalúan factores como: frescura, efervescencia, claridad, olores desagradables, acidez, salinidad, estructura, ligereza, suavidad, balance y persistencia en boca. Para tal fin, existe un formato de cata utilizados por las asociaciones de sommeliers en todo el planeta.

Entre las lisas que se probaron se encontraban Minalba, OGO y Akuana. Minalba es la más conocida, está presente en todas partes y su relación precio valor es insuperable. Es muy limpia, con un bajo nivel de acidez, muy liviana y una larga persistencia. Luego la OGO, importada desde Holanda, con una hermosa botella en forma de globo, cuya promesa es que contiene un 35% más de oxigeno que influye directamente con los niveles de oxigenación en la sangre, en este caso resulto untuosa, ligeramente ácida.

La tercera etiqueta fue Akuana, también de factura local, se trata de una mezcla de aguas provenientes del Amazonas, que además lleva un proceso energético que según sus embotelladores, la hacen beneficiosa para la salud. Más allá de estos aspectos, resultó de las favoritas de la jornada, muy fresca suave, equilibrada, ligeramente dulzona.

Luego le tocó el turno a Ferrarele, proveniente de Italia, es efervescente o naturalmente gasificada, con una burbuja delicada, muy fresca, suave ideal como aperitivo, de las mejor calificadas en la degustación.

Después llegó el momento de Lauquén, procedente de la Patagonia, la más suave en sabor y según datos obtenidos, es de las más suaves del planeta. Con una burbuja gruesa, deja el sabor en la boca por largo rato.

Se continuó con San Pellegrino, procedente de la provincia italiana de Bérgamo, un agua que resultó fresca, a pesar de sus burbujas, muy clara a la vista, con un ligero toque de acidez, un agua perfecta para disfrutarla sola.

Le siguió Minalba Sparkling, que dejó muy bien parada el agua mineral de factura nacional, fresca, con el exacto toque de acidez, muy estructurada y con una larga persistencia en el paladar.

La jornada culminó con Perrier, de origen francés, se trata del agua gasificada más vendida del mundo, cuya imagen cuenta con una fuerte campaña de mercadeo, donde se le asocia a determinado estilo de vida, como la incorporación a sus etiquetas de celebridades como el caso de Dita Von Teese. Un punto importante, Perrier siempre es gasificada con un fuerte toque cítrico, incluso se le percibió una deliciosa fragancia floral. En boca resultó persistente, untuosa y muy refrescante.

Agradecimientos: a Di Masi, D´Ambrosio Hermanos, Empresas Polar, O2 Group, C.A. Ron Santa Teresa y Megalimentos por las botellas y fichas de cata. Especialmente, al Restaurant Le Gourmet por brindar sus espacios para realizar la actividad con la atención y servicio impecable de siempre y a Ettore Perín por su invaluable asesoría.

Texto publicado en la sección «A Fuego Lento» de la Revista Sala de Espera Junio 2011.

Vanessa Rolfini Arteaga
Vanessa Rolfini Arteaga
Comunicadora social y cocinera venezolana dedicada al periodismo gastronómico. Egresada de la UCAB con estudios de especialización en la Universidad Complutense, de crítica gastronómica en The Foodie Studies y entrenamiento sensorial en la Escuela de Catadores de Madrid. Actualmente, redactora en Sommelier y columnista del diario Correo de Perú. Conductora de rutas gastronómicas y editora de guías. Experta catadora de chocolates.
spot_img

Recientes

Artículos relacionados