Cuando se recorre el pueblo de Carora, surgen serias dudas si en verdad se está pisando suelo venezolano, hasta que alguien te dice que no salgas sola por ahí, o ves cercos eléctricos por doquier. Pero aquella máxima que un lugar lo hace su gente, jamás fue tan verídica como este fin de semana, cuando realicé el recorrido Enoturístico organizado por Bodegas Pomar.
Bodegas Pomar hace más de 25 años lleva a cabo la celebración de la vendimia, que en el trópico eso se traduce a dos veces por año. Ahora decidieron dar un paso más allá, contextualizando la bodega y sus viñedos con la zona donde se ubica, promocionando a su gente y sus actividades económicas y culturales. Nada fue improvisado, muy por el contrario, estoy segura que un recorrido como el que tuve la fortuna de hacer, exige cientos de horas de planificación, negociaciones, selección, conocimiento de la zona e integración de entes públicos y privados en el proyecto.
Todo comenzó la noche del viernes con una degustación de los quesos Las Cumbres, seguido por un recorrido por la bodega dirigido por el enólogo Guillermo Vargas. Cerramos la primera jornada con una cena preparada por la cocinera caroreña Sonia Semidey, servida en la bodega donde reposan entre pupitres botellas de espumantes reservas y rosé. Un ambiente mágico musicalizado por el Ensamble Diagoará que quedará en mi memoria como un momento único.
Al día siguiente, bien temprano, nos reunimos para desayunar en el Club Torres. Una larga mesa se llenó de arepitas recién cocidas en budare, nata, suero, cochino, caraotas, pata e´grillo (carne mechada muy seca), queso blanco rallado, jugo de parchita y café. Bien desayunados comenzamos el recorrido en la casa del propio club, guiados estupendamente por Ruth Rojas.
Nuestra ruta abarcó la Casa de la Diversidad Cultural, la Iglesia San Juan Bautista donde casualmente nos topamos con la familia Yépez, que estaba ensayando los cantos para la boda de una sobrina. Laura, una niña que no pasa los doce años, entonó el Ave María mientras templaba de los nervios ante un público inesperado. Fue tan bello su canto que a más de uno se le aguaron los ojos.
Luego caminamos por la plaza Bolívar, seguimos hacia la casa de la Cultura, donde nos recibió Luis Riera, conocido por los lugareños como Chispa. Presenciamos los ensayos de percusión y las clases de balet de un grupo de niñas, en una institución que imparte música y baile a más de 600 niños y adolescentes, con un aporte casi nulo del Estado.
Seguimos caminando hasta la Iglesia el Calvario, después al teatro Alirio Díaz e hicimos una parada para calmar la sed con un granizado de mandarina, simplemente glorioso y oportuno. Luego visitamos la casa del poeta donde apreciamos la exposición de la artista plástico Úrsula Rey.
El luthier Freddy Hernández nos recibió en su taller y nos explicó el ensamblaje de un cuatro rodeados de piezas de madera que algún día se convertirán en arpas, guitarras y bandolas. Después partimos hacia los viñedos de Altagracia, pero antes nos detuvimos en el caserío Alemán. Allí nos esperaba Mery, quiennos mostró el proceso de elaboración de tejas y pisos de terracota, además que algunos productores de la zona nos deleitaron con dulces de leche y de buche, galletas de sábila, suero y queso de cabra.
Para este momento, ya eran pasadas las tres de las tarde, cuando llegamos al los viñedos de Altagracia, donde las uvas- aún muy verdes – estarán maduras para la vendimia que arranca el 23 de febrero. Durante todo el día nos hidratamos con agua, mucha agua, Gatorade, jugos, refrescos y sangría La Caroreña.
Culminado el recorrido por las cientos de plantas de vid montandos en un trencito jalado por un tractor, nos esperaba una mesa larga, llena de copas que brillaban al sol, platos con dibujos de racimos de uvas, y una parrilla que a metros de distancia alborotaba el hambre. Rodeados de vides, trinitarias y un cielo increíblemente azul degustamos lechón en caja china, ovejo, punta trasera, ensaladas de aguacate, palmito, tomate, yuca y tostones, acompañados de Tempranillo Pomar 2008 y Petit Verdot Pomar 2007. Para finalizar, al son de golpe tocuyano sirvieron dulce de leche cortado, empanaditas dulces rellenas de confitura de coco, dulcitos de leche, macarrones (así se le dice en Coro a las Catalinas cuando llevan coco) armonizados con Pomar Demi Sec.
Al final del día, bailamos, cantamos, comimos y bebimos hasta reventar, a más de uno se le puso la piel roja de tanto sol, pero la felicidad y la reconciliación con el país era generalizada. Una emoción que cerró una luna llena que apareció de color naranja y fue cambiando hasta brillar. Un día perfecto que como dijeron algunos de mis compañeros de travesía – palabras más, palabras menos – «Ahora cuando me tome una copa de algún vino de Pomar, no solo será vino, será el recuerdo de este día».
PD: muchas gracias por la invitación a la gente de Bodegas Pomar y a los pobladores de Carora por darme un argumento de optimismo en momentos tan difíciles.
Para mayor informacion, puede visitar la página http://www.bodegaspomar.com.ve
Los proximos recorrido enoturísticos son
21 y 22 de Mayo de 2010
18 y 19 de Junio de 2010
16 y 17 de Julio de 2010
19 y 20 de Noviembre de 2010
17 y 18 de Diciembre de 2010
Ejemplo a seguir a la hora de gerenciar los recursos con los que contamos y saber que lamentablemente en Venezuela, ni antes ni ahora el estado tiene la capacidad para eso.En este caso El Gobierno.
Bello relato Va, me encanta saber que disfrutaste tanto el paseo.
Buenisimo, es contagiante el orgullo que sentiste por lo visto, probado y disfrutado. Pa´la próxima me anoto!
Buenas tardes, desde Bodegas y Viñedos Labastida deseamos agradecerle la fabulosa crítica que ha realizado de nuestro vino rosado Castillo de Labastida, y te invitamos a catar todos las demás gamas.Además queremos aprovechar la oportunidad para invitarte a formar parte de nuestro club de amigos en facebook para el cual te dejo link , al igual que le dejo link por si le interesa entrar en nuestro blog.http://www.facebook.com/pages/BODEGAS-Y-VINEDOS-LABASIDA-SOLAGUEN/79003938708?ref=tshttp://solaguen.blogspot.com/2010/02/oh-no-mi-vino-precipitado.htmlMuchas gracias de corazón y te esperamos con los brazoz abiertos.
Felicitaciones, querida Vanessa, por esta crónica. En mi opinión, es un ejemplo de lo que debe ser este tipo de trabajo. Bien redactado, profuso en información útil, lleno de una sensibilidad y de un sabor que se palpan en las palabras. Tanto Carora, como los amigos de Bodegas Pomar y todos los personajes a los cuales haces referencia, deben sentirse muy contentos por este texto tan profesional y tan hermoso.