Venía prevenida y casi bajo amenaza. María Luisa Ríos e Iliana Matos me dijeron que no podía pasar por el aeropuerto en Lima y no comerme un ceviche. Lo cierto es que desde el avión, mi compañero de viaje, Randy Contin, y yo acordamos comernos un ceviche apenas tuviéramos el chance.
Un pendón anuncia la especialidad de la casa. Pedimos ceviche de curvina, que venía acompañado de batata y maíz (creo que es mote por lo grande del grano, aunque le pregunté a la mesonera y me dijo que era choclo … es decir, no me aclaró nada).
El ceviche estaba muy rico, con la cantidad justa de ácido, aderezado de cebolla morada y ají picante, con un toque que no adormecia la boca sino que la sensibilizaba. Lo disfruté desde el primer bocado, acompañado de una Cusqueña, que para rematar me serví con un vaso con hielo, hábito adquirido de los maracuchos.
Ahora estamos esperando para tomar el avión vía Buenos Aires. Volaremos toda la noche y mañana tengo prácticamente el día libre, así que siguiendo algunas recomendaciones me dedicaré a recorrer parte de una ciudad que siempre he querido conocer. Esta gira por Argentina promete.
Tocayaaaa!!!!, que emocion!!!, mira te voy a decir la recomendacion que me hizo Maya…quieres ver un show de tango???, pero el verdadero..no te puedes perder el SALON CANNING, es donde bailan los locales..te va a encantar y si tienes suerte hasta te sacan a bailar….estoy segura que te va a fascinar!!!!…la direccion es Scalabrini Ortiz 1331….
Que disfrutes cada minuto de tu viaje al cono sur.