Las Denominaciones de Origen Controlado o DOC, son las siglas más apetecidas en el mundo gastronómico actual. Sello de garantía, argumento de mercadeo, moda, protección a productores y consumidores. Una historia que comenzó hace más de un siglo y ahora está más vigente que nunca. Por supuesto, los venezolanos no nos hemos quedado atrás.
Para algunos son siglas que no dicen nada y para otros son garantía de calidad. Aunque parece que se han puesto de moda, las letras DOC, DO, DOCG, DG, AOC antecede el nombre de licores, quesos, vegetales, chocolates, aceites, especias, entre muchos productos.
Pero son más que siglas, se trata de un sello de garantía, suerte de palabra escrita sobre la calidad de determinado producto que ha sido producido o elaborado bajo condiciones específicas, con características propias pertenecientes a un lugar. Además, cuenta con un consejo regulador que ampara que se cumplan las condiciones de producción y en muchos casos hasta protege el nombre, la tradición y el valor histórico.
Se trata realmente de un tema de comercio exterior, del que se sirve la gastronomía de estos días, al ser un efectivo y contundente argumento de mercado.
Muchos países adoptan estas siglas cada día más. Por ejemplo, en España más de 60 vinos tienen DOC, al igual que los quesos, el aceite de oliva y algunos vegetales. En México el mezcal, la tequila y la vainilla. También lo ostentan el pisco peruano y el chileno, los habanos cubanos, el café colombiano, por solo enumerar los más emblemáticos. En nuestro país, las tienen el Cacao de Chuao, el Cocuy Pecayero y el Ron de Venezuela.
¿Qué es una DOC?
La Denominación de Origen Controlada según el Larousse Gastronómico es la “denominación que distingue a una zona, una región o una localidad, que sirve para designar un producto originario de ésta y cuya cualidad o características se deben al medio geográfico, que comprenden factores naturales y factores humanos”.
Por una parte el Estado no solo protege a los productores bajo un estricto marco legal, sino que además garantiza que lo que lleve la etiqueta DOC se ciña a características muy específicas. Por su parte, los consumidores confiados en esta etiqueta pueden saber y tener “garantías” de que dicho producto cuenta con cualidades determinadas.
Sin embargo, la bióloga Miriam Díaz de Arens una de las principales responsables de la DOC Cocuy de Pecaya expresa “es una norma colectiva. Sirve para proteger el patrimonio regional y la producción del producto”.
Por su parte, la investigadora de la Universidad de los Andes – ULA-, Astrid Uzcátegui le da otro enfoque, al calificarlas como “herramienta que eleva el valor competitivo de los productos locales de calidad, con características propias, que potencia el desarrollo de zonas rurales afectadas socialmente por economías marginales, rescatando el patrimonio cultural y los recursos endógenos -materias primas, conocimientos, mano de obra-, siempre que exista el conocimiento, la conciencia del valor de lo que se posee y la estructura de administración y autogestión en mano de los actores locales”.
¿Quién supervisa que se cumplan las condiciones de una DOC? El llamado “consejo regulador”. Conformado por representantes de productores, hacienda, autoridades nacionales o municipales y en algunos casos hasta organizaciones no gubernamentales. Que además de velar que lo prometido se cumpla, tienen la potestad de incluir o excluir a un productor específico. Se trata de un punto fundamental en las DOC, porque su supervisión y revisión garantiza que lo que está en el papel se cumpla en la vida real.
Las DOC por lo general, cuentan con un sello que señala al producto, en muchos casos numerados y hasta sistematizados por códigos de barra o sellos especiales. Lo cual ayuda al consumidor a identificar plenamente el producto y a los productores a trabajar en conjunto para insertarse en mercados nacionales e internacionales.
“Tenemos que hacer que las DOC más que en una moda se conviertan en una tradición. Que la gente las reconozca, esté consciente de su significado y en consecuencia esté dispuesta a pagar su valor. Tal como sucede con muchos productos en Europa”, asegura Thaimy Márquez, especialista en propiedad intelectual, quien ha asesorado y conducido el proceso de las tres DOC venezolanas
Texto publicado en la Revista Bienmesabe agosto 2014