Ayer llegamos a Florencia, una de las ciudades mas hermosas de Italia, pero desde el primer momento me senti aturdida. Supongo que esta sensacion se debe a la cantidad de turistas, los deficientes sistemas de informacion y la cantidad de buhoneros en las calles. Si, es una ciudad preciosa, de eso no cabe la menor duda, pero increiblemente caotica.
Nos hospedamos en un lugar que queda al lado del Duomo, un sitio que me recomendaron y que cuando vi la pagina me gusto desde el primer momento, pero no hay que dejarse llevar por las fotos en la web. Para empezar nos toco una habitacion sin vista, es pequena y algo precaria para el precio. Claro, esta limpia y no puedo negar que el lugar esta excelentemente bien ubicado. Hicimos una reunion de emergencia para decidir si nos quedabamos o no en el hostal y despues de constatar que los hoteles en los alrededores estan a reventar, acordamos permanecer las dos noches previstas …. a segunta vista no esta tan mal, pero no lo recomendare ni por error.
Nos hemos dedicado a explorar la ciudad, anoche caminamos hasta tarde, tome fotos, difrute las vidrieras que en esta ciudad son espectaculares y muy creativas. No solo son las cosas bellas que exhiben, sino la manera de colocarlas. Las bombonerias escogen un color y sobre eso decoran el resto del espacio, la primavera la expresan en colores explosivos como fucsia, verde manzana, amarillo, rojo. En el caso de la ropa, me encantan las composiciones, las combinaciones y por supuesto, los trapos. Luego cenamos vino y pizza en un restaurancito al aire libre, que sin ser del otro mundo estaba todo muy sabroso.
Bueno, debo decir con el corazon en la mano, que en Italia no he comido mal ni una sola vez, desde lo mas sublime y refinado, hasta los paninis mas simples, todo es delicioso. La comida es sabrosa, bien hecha, abundante, elaborada con ingredientes de calidad y nada costosa, mas cuesta comer en Caracas (con o sin dolar de Cadivi, al calculo siempre salimos mal parados). Por ejemplo, mi mama y yo para el desayuno pagamos por dos paninis con prociuto y mozarella, acompanado con capuccino y agua mineral, alrededor de 6 euros.
Otra cosa que me encanta es el cafe, en todos lados es delicioso, estos italianos si saben hacer cafe. Me bebo por lo menos dos al dia y ni una sola vez me ha dejado de gustar. Si es capuccino, la espuma que da la nata en la leche es perfecta, suave, delicada, sabrosa y consistente. Si me decido por un expresso, es fuerte pero no excesivamente amargo. Es que la buena calidad de los ingredientes tambien hace la diferencia.
Volviendo al tema del caos en la ciudad, la cantidad de turistas es increible y los italianos afirman que es poca gente, asi que prefiero no imaginar esta ciudad en verano con el calor y el triple de gente. Hay que hacer cola para entrar a todos lados, bien sea con boleto o gratis. Mi mama tenia quince anos sin venir y me dice que no habian tantos tarantines en las calles. Venden de todo, en especial chales, pashminas y afines de todos los tipos clases y colores, franelas, recuerdos de la ciudad y carteras.
Hoy en la manana visitamos el mercado libre y fuimos a ver al David de Miguel Angel. Sobre lo primero prefiero mostrar fotos a mi regreso y sobre la escultura, citare a las celebres misses cuando dicen «no tengo palabras para expresar lo que siento». Simplemente, espectacular. Como fuimos temprano, no hicimos cola para entrar y no habia tanta gente, lo que nos permitio disfrutar a nuestras anchas, pero a la salida la cola de daba la vuelta a la esquina.
Hoy tambien hace un poco de frio y ha estado nublado. Manana salimos a Ferrara, la ciudad donde nacio mi papa, visitaremos a mis primos Barbanti a quienes hace treinta anos que no veo.
¡Bendito sea ese viaje y la hora en que decidieron hacerlo! No dejo de leerte, acompañarte y disfrutar lo que cuentas…… quiero fotos!!!!!Besos.
Ahhh, qué placer y delicia leerte. Tenía días sin pasar por aquí y hoy literalmente viajé con ustedes, me he gozado cada palabra e imaginado los escenarios.¡Sigan disfrutando, comiendo, bebiendo, viviendo¡ Cariños inmensos.