Parafraseando al enólogo de Luis Gómez de Viñas Querirolo, “No busquen un merlot típico en uno de Ica. Hemos logrado una expresión muy distinta en Perú” (*). Me tomo esta libertad para comentarles sobre el Merlot 2021 de Intipalka.
No está en el mercado como varietal, es decir, esta bodega no tiene una botella que diga solo “Merlot”, sino es parte de una de las etiquetas más conocidas de esta bodega donde forma parte de un blend con Malbec. Pero resulta que en el encuentro mensual que organiza la bodega con comunicadores, sommeliers y especialistas del medio, enviaron en una botella de 300ml una muestra (aún sin etiquetar) de este año, cuya responsabilidad en un 100% la lleva consigo el enólogo que dijo, “es mi primera cosecha completa”.
Aunque los catamos en la parte final del encuentro, resultó un cierre increíble. Gómez narró los cambios que ha hecho desde el viñedo hasta en los procesos de vinificación desde que tocó tierras peruanas en 2018. Contó que si le hubiesen preguntado antes, no hubiese recomendado plantar Merlot, porque esta uva es muy sensible al calor y no le vienen bien las altas temperaturas, que suelen derivar en vinos más verdes. Sin embargo, en Perú la amplitud térmica da balance. “A diferencia de otros países donde la intervención del viñedo es mínima, aquí fue todo lo contrario para proteger la uva. Ha sido complicadísimo”.
Pero los resultados han sido óptimos, y el primer vistazo resultó alentador. Un merlot afrutado, con la acidez exacta, jugoso, con cuerpo y ya asoma sedosidad. Aún no lo tienen en planes comerciales para un varietal, pero personalmente, creo que bien lo valdría. El de la foto tiene 3 meses en barrica de roble francés de primer uso, cosechado en Ica.
A pesar del poco tiempo y que aún le falta afinación, le auguro un futuro en copa prometedor.