Oblea con una gruesa capa de arequipe, bañada con leche condensada, lluvia de chocolate y pepitas de colores. O como diría mi compañera de tribuna Elsa Pilato, «cuando caen las pepitas es como escuchar las piedritas de un palo de lluvia» … hasta poesía puede haber en esto.
Lo cierto, es que después de la cerveza y las hamburguesas de Juanchi´s son las más populares en la tribuna, en las sillas verdes detrás de la tercera base. El responsable es un negro alto y con porte, quien se hace llamar «Alexander», aunque no le gusta que le tomen fotos, ni dar su verdadero nombre porque según sus palabras «no quiero que me reconozcan, tengo muchas mujeres».
Antes llegaba a minutos de comenzar el juego, ahora se le ve después del segundo inning hasta que termina el séptimo. Pero en el tiempo que está no descansa. Puede vender hasta 400 obleas por juego, a un precio de Bs.20 cada una. Son tan golosas que las remata con dos cucuruchos de arequipe, pero si le agrada la cliente (solo he visto que lo haga con las mujeres) le añade uno o dos.
Un bomba calórica que algunos armonizan con Frescolita …. después de eso es imposible no mantener el entusiasmo en el juego …. hasta en los días malos, que gracias a Dios para los Leones del Caracas son pocos.
Síiiiiiiii, algún día hay que comerlas y con frescolita incluida. Claro, prepararse para no dormir esa noche. El sonido de las pepitas cuando el tipo las rocía en la oblea, me encanta 🙂
locossss