
En la pastelería Mar Bel la Navidad puede resumirse en una palabra: almendras. Es una festín de turrones, mazapanes, glorias, polvorones y animalitos rellenos, elaborados con la destreza que los hermanos Juan y Miguel Fernández Arroyo aprendieron desde niños, de la mano de su pabre José Herández, un español procedente de Castilla.
Una pastelería pequeña, austera, posiblemente no es mucho lo que ha cambiado en media década, donde la fragancia del la buena pastelería impregna no solo el aire, sino la ropa, el cabello y alborota el apetito.
Sobre el mostrador turrones de coco, de yema de Jijona y de Cádiz. El último en una combinación de turrón de yema, frutas confitadas, membrillo y almendras, una delicada y potente combinación que exigirá en su mesa un buen ron, jerez, pacharán o espumoso.
Para que la dulcería española entre a la mesa criolla, esta pastelería ubicada en la zona de Altagracia, llena las vitrinas de polvorones, mazapanes, tocinillos de cielo y glorias, que consisten en bolas de mazapán relleno de batata confitada, chocolate, naranja y almendras envueltas en papel plateado. El mismo relleno lo llevan las anguilas de mazapán, que más bien parecen serpientes enrrolladas y alberga algunos de los dulces antes mencionados.
Otra delicia son los cerditos de mazapán rellenos de dulce de cabello de ángel, que resultan hermosos, simpáticos y apetitosos. Miguel cuenta que en su mesa familiar es motivo de diversión, porque van desmembrando poco a poco al animalito.
Una de las cosas que más me gusta de este lugar, es que han hecho las cosas del mismo modo durante décadas, tal vez han cambiados los ingredientes, pero el modos operandi permanece intacto. Pisar la cocina en la trastienda es entrar a otro tiempo donde el horno, la amasadora, las bandejas, los cortapastas, las paletas, todo muestra cicatrices que evidencia años de uso diario.
Un merecidísimo 20 puntos en la gastroboleta a los hermanos Rodríguez, a la pastelería y a los dulces que nos recuerdan el buen sabor de la tradición. ¿Los precios? todo es pesado pero considerando las grandes cantidades de almendras que requieren, no desangrarán su bolsillo y valdrá la pena llegarse hasta Altagracia.
Pastelería Mar Bel: Abanico a Canónigo, edificio Juyumar, Piso PB, Local B, Altagracia. Teléfono: 561.6237