La recién anunciada lista oficial de precios de los alimentos regulados en Venezuela, solo me trae una idea a la cabeza: el gobierno se sinceró. Pero yo le agregaría que da la impresión que tomó como índice de referencia la economía informal. Aunque alegan que para luchar contra el contrabando y la especulación.
No soy economista, pero me enfrento a la economía del día a día. Por ejemplo, el arroz pasó de Bs.F 7,50 a Bs.F 22.50 y el aceite de Bs.F.10 por litro a Bs.F30. Solo tomo dos rubros, de 7 productos que en promedio sufrieron un aumento del 200%. Ahora bien, con toda honestidad no recuerdo la última vez que conseguí por Bs. 7 por un paquete de arroz y hace un mes pagué casi Bs.80 por un litro de aceite de soya, porque el regulado es casi imposible de encontrar, a menos que se hagan 2 días de cola.
Parece una burda pieza del teatro del absurdo, pero cuando se ven los nuevos precios en gaceta, prácticamente coinciden con los del comercio informal. Desde hace semanas, el azúcar en la calle está en Bs.F18, la leche en polvo en casi Bs.F 150, el pollo alrededor de Bs.F 110 por kilogramo. ¿Casualidad?, ¿Política económica bolivariana?, ¿Cinismo?o un riesgo calculado, porque el mismísimo gobierno estaba consciente que los consumidores ya se han acostumbrado a pagar con sobreprecio y en su fantasía supondrán que en la realidad no significa un golpe a su bolsillo. Yo creo que mandaron a unos funcionarios a preguntarle a los buhoneros en cuánto estaban vendiendo la comida y se copiaron las tarifas.
En el caso del café hace mucho que pago más de Bs.200 el kg a productores artesanales, porque he estado dispuesta a beber un producto de buena calidad y no me ha importado pagar el verdadero precio. Pero si se revisa con lupa, los productores llevan casi una década exigiendo aumento del producto al gobierno nacional y ahora llega de un solo plumazo. Claro, acabaron con la industria cafetalera en Venezuela y ahora me temo que cobrarán a precio de «café gourmet», esa cosa infame que venden con la etiqueta de café, porque el Estado Venezolano es el gran terrateniente del área y es responsable del 80% de la producción. Es decir, ahora la mala calidad se paga a un precio muy alto. Este ejemplo seguramente se repetirá con otros rubros.
Así que como dice aquel viejo refrán: a ponerse las alpargatas porque lo que viene es joropo.