¿Los baños en los resturantes denotan el cuido y la higiene que se tiene en la cocina? Cabe preguntarse, ¿si el baño está limpio, lo está la cocina?, ¿Debería influir este aspecto en nuestra percepción de un restaurant»
Las famosas guías como Michelin, Repsol, The Restaurant lo toman en cuenta. Seguramente, no da luminarias, ni puestos en las listas, pero con toda seguridad influye. Anthony Bourdain en su famoso – y a mi parecer – mejor libro Confesiones de un Chef dice al respecto: «No como en restaurantes con baños apestosos. Que te enseñen los baños. Los baños son relativamente fáciles de limpiar. Las cocinas no».
Envié un cuestionario sobre el tema a personajes vinculados a la gastronomía. Comparto las respuestas más destacadas de la sommelier Susy Sánchez, la editora de Semana Cocina Liliana López, la periodista de Miami Herald Cira Apitz, la crítico gastronómica y escritora española Yanet Acosta, el editor de arte y espectáculos de El Universal Simón Villamizar y el periodista de la revista Bienmesabe sobre los restaurantes del pasado, Alberto Veloz.
¿El baño de un restaurant es sinónimo de su nivel de higiene en la cocina?
«Si debería ser, por lo que si vemos el baño sucio, en mal estado, también podremos deducir como están las áreas a las cuales uno no tiene acceso normalmente», Alberto Veloz
«No necesariamente, al baño entran clientes, a la cocina no suelen entrar. La suciedad de un baño , a veces, responde a las acciones de los clientes. Está claro que el staff de limpieza debe revisar constantemente, pero se les puede escapar en un lapso de tiempo», Liliana López
«Si, por supuesto! Es parte de la imagen de limpieza que recibe el cliente», Susy Sánchez
¿Si el baño está sucio, te quedas a comer en el restaurant?
«Depende, si veo que hay limpieza en la cocina y en la sala principal, sí. Depende si visité el baño antes o después de comer», Susy Sánchez
«Pero yo me he quedado a comer. Es verdad también que he dicho: “No regreso, porque el baño es inmundo”», Simón Villamizar
«En España se solía hacer la vista gorda cuando se trataba no de un restaurante sino de un chiringuito. Esto está cambiando, afortunadamente», Yanet Acosta
«Buena pregunta, lo pensaré seriamente de ahora en adelante. Creo que no me quedaré, pero hay circunstancias extraordinarias, porque si no tengo más alternativa para saciar mi apetito, pues tendré que sentarme a comer en ese lugar aunque el baño no esté en condiciones higiénicas aceptables», Alberto Veloz
«Sí, y les aviso que alguien debe revisarlo porque se encuentra sucio», Liliana López
¿Qué es lo mínimo que espera del baño en un restaurant?
«Limpieza, jabón y toallines para secarse las manos, papeleras en cada baño y papel toillet», Susy Sáchez
«Ideal que sea amplio, que tenga ventilación y todas las cosas que deba tener: papel higienico, jabón, toallas para secarse e incluso crema de manos», Liliana López
«Lo mínimo, limpieza. Y aquí el baño ideal: papel higiénico, grifo cerca del inodoro (muy utilizado en la cultura arabe y asiática), lavabo (fuera del espacio para el inodoro), silla para esperar, espejo amplio y toallas para secar las manos. Nada de productos químicos fuertes de desinfección ni ambientadores excesivamente potentes y químicos que dejan anulada la pituitaria y son muy dañinos para personas con asma», Yanet Acosta
Algún baño que te impactó positivamente y otro negativamente.
«Los dos en Japón. Un lugar de sushi maravilloso en el que no había baño. Otro en el que el baño estaba tan cuidado que la tapa del inodoro tenía calefacción para sentarte tan a gusto», Yanet Acosta
«Positivamente: Hotel Cayena, Negativamente: Arepera Solar del Este», Susy Sánchez
«Me impactaron los baños franceses a los que fui: mínimos y muy pulcros. De aquí en Miami no recuerdo ninguno más q esos de comida rápida y el de Denny’s de Coral Gables por lo sucio», Cira Apitz
«El baño del restaurante La Bussola en Sabana Grande. La zona del urinario era toalmente cuadrada y no había urinarios sino una canal que rodeaba el baño, se orinaba libremente apuntando a la pared y encima de una rejilla de manera que jamás los zapatos tocaban el piso. Era una gran novedad en la Caracas de los años 80. Los baños mínimos no me gustan, donde no puedes ni moverte y el lavamanos parece de juguete. No los soporto. Los baños de las carreteras de Venezuela son terribles. Malolientes, el piso lleno de orines, una poceta siempre rota. Todo un asco», Alberto Veloz
Interesante reportaje sobre los baños de los restaurantes. Original y bien llevado. Felicitaciones.