La Hacienda Altamira, plexo solar de Destilería Carúpano, fundada en 1762, pudiera ser el paradigma de los más de 250 años del ron de Oriente. Precisamente allí es donde por primera vez se experimenta en Venezuela el añejamiento de alcoholes de caña de azúcar en barriles de madera de roble traídos de España, originalmente llenos de vino. De allí, también, la idea de Ron Viejo, cuya misteriosa elaboración y largo añejamiento exigía un tratamiento delicado y cuidadoso.
Hoy por hoy, Destilería Carúpano encarna la magnífica tradición de rones que supieron ganarse un envidiable prestigio, antes que muchos en el Caribe. Para ello la casa selecciona exclusivamente alcoholes de carácter superior y los combina con la más pura agua extraída de sus propios manantiales, dos elementos de excepcional calidad -alcohol y agua- que contribuyen de manera fundamental con el incomparable rasgo distintivo de sus rones, y aportan también un altísimo valor a su sabor inimitable,su rica complejidad salitrosa, incluso yodada, y sus peculiares reminiscencias marinas.
La naturaleza de estos finos rones tiene mucho que ver con las condiciones únicas de humedad y frescor del que gozan las bodegas de añejamiento de la destilería. Aquí los alcoholes maduran vertiginosos expresando una especial tipicidad. El carácter de los rones es de una precocidad inusitada. Casi pudiera afirmarse que nacen viejos.
Carúpano X. O. irrumpe en la escena del Ron de Venezuela –apenas 2000 frascos están disponibles-, para demostrar hasta donde puede llegar la excelencia en un destilado de caña. La base de su mezcla es de alcoholes envejecidos entre 12 y 18 años, enaltecida con rones madre de más de 40, antiguas reservas bien guardadas por la casa. Profundo, complejo, sedoso y goloso en boca, en nariz derrocha avellanas, recuerdos cítricos y ricas notas terrosas a chocolate oscuro. Intenso, fino, armonioso, X. O. no esconde nada. Lo entrega todo. Bien vale lo que piden por él. ¡Salud!
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