Chocolates Danaus son las nuevas en el mercado peruano, que se sirven de cacaos de cuatro orígenes, mezclados con varios ingredientes como especias, flores y frutas, que dan como resultado un producto fuera de lo común, que el amante del chocolate puede amar o todo lo contrario, pero no pasarán desapercibidas.
La historia del chocolate se escribe cada día, especialmente, cuando aparecen propuestas fuera de lo común, que partiendo de una categoría específica la reinterpretan, le añaden nuevos elementos. Eso es lo que ha hecho la marca Danaus, que acaba de presentar su línea de tabletas con inclusiones poco comunes con cuatro cacaos peruanos de distintos orígenes: Junín, Cusco, Piura y Vraem.
En este caso, a cada perfil sensorial se le sumaron o incluyeron otros sabores y aromas, donde si bien el cacao está presente, también hay que esperar otras sensaciones. La primera recomendación es probarlos sin ideas preconcebidas, porque se trata de un producto fuera de lo común, que se puede amar o todo lo contrario, pero sin duda, tendremos una opinión al respecto.
Chocolovers confesos
La línea de Chocolates Danaus tiene tres tabletas de chocolate bitter, todas al 70%. La primera es con cacao chuncho de Cusco a la que le añaden cedrón, rooibos y piña liofilizada. La otra es con cacao de Perené en Junín a la que incorporan semillas de airampo, bayas de sauco, granos de maíz morado, fresa, flores de hibisco, anís estrella con pétalos de aciano y rosa y mango liofilizado. La tercera es elaborada con cacao del Vraem a lo que le suman muña, hierba buena, anís, pétalos de rosa, cáscara de naranja y frambuesa liofilizada.
Por otra parte, la cuarta tableta es de chocolate con leche, cuyo cacao piurano mezclan con té verde, hojas de canela, cola de caballo, jengibre, piña, pétalos de cártamo, aceite de lima, emulsión de lecitina y plátano liofilizado.
Al frente del proyecto está Claudia Aranda, una chocolver confesa, quien viene del mundo de las consultorías informáticas, pero decidió embarcarse en este original proyecto de la mano del chocolatier Víctor Padilla, quien se ocupó del desarrollo de las fórmulas. Todo el proceso tomó alrededor de un año.
Por su parte, hay que destacar el hermoso trabajo gráfico de Alejandro Gavancho, lleno de detalles, de colores intensos, con explicaciones de la filosofía de la marca e indicaciones de cata, además explican que Danaus es el nombre de una mariposa, y toman como referencia el adagio que reza que el aletear de una mariposa, puede causar un huracán al otro lado del mundo. En clara referencia a que todo en este mundo está conectado.
¿Cómo puede incorporar tantos sabores?
Personalmente, creo que no tiene mucho sentido añadirle tantos sabores a cacaos de gran calidad como los que utilizan, respeto la decisión y hasta valentía de sus hacedores, pero el chocolate tiene que saber a chocolate.
Aranda afirma que tuvo mucho cuidado que el cacao no perdiera protagonismo, hecho que en algunos casos logró más que en otros. Pero se trata de una tableta técnicamente bastante bien elaborada, bellamente presentada. Un detalle importante, el empaque tiene un fuerte olor a tinta que hay que cuidar y ese es un error común entre chocolateros, parece que pocos piensan o consideran todo lo que suma la tinta, el olor a madera y hasta el plástico. La mayoría de la gente ni siquiera lo nota.
La recomendación en este caso es no consumirla con apuro, tomarse el tiempo de identificar los sabores, no compararla y disfrutarla. Se trata de esos casos donde solo el tiempo nos dará la respuesta de su éxito, lo cual dependerá de la aceptación de los amantes del chocolate.
Pedidos: por su Instagram @danauschocolate
https://danauschocolate.com/?fbclid=IwAR2l-EYUd97DqsQ1LGFAdsZc6AW6-D8X3gj2X3qV6Ky7jSzeNEYHzA7Npbw