El «capítulo Mérida» se vivió a casa llena

capitulo merida

«Hay pueblos riquísimos que no tienen cocina y pueblos pobrísimos que han desarrollado una gran imaginación culinaria en forcejeo con la pobreza y la escasez (…)»
Francisco Letamendia

Mérida fue una fiesta. Un festín gastronómico. Un sarao culinario que se extendió por más de diez días. Organizado por Venezuela Gastronómica, resultó un inolvidable «Capítulo Mérida».

Los propios organizadores fueron los primeros sorprendidos, quienes con dudas y miedo en su corazón, se lanzaron a una empresa que lucía casi improbable. Más de una semana de cenas, conversatorios, catas, talleres, encuentros con productores, estudiantes, excursiones, giras de medios de comunicación  y festivales. Mérida se vivió a casa llena. Todas las actividades contaron con público entusiasta, interesado e involucrado.

Lo sucedido en la ciudad de los caballeros, no es más que la consecuencia de muchos años de trabajo, de promoción, de gente en todo el país empecinada en que nuestros fogones tengan el lugar que merecen. Un discurso que va calando desde todos los frentes posibles: escuelas, medios de comunicación tradicionales, redes sociales, restaurantes, productores, cocineros, importadores. El gran ausente es el estado, pero eventualmente no le quedará más remedio que involucrarse. Aunque hubo un par de actividades que contaron con el apoyo del ejecutivo regional, pero no es suficiente.

Llevo días pensando, digiriendo lo sucedido allá. Me sorprendí mucho cuando me tocaron un par de taxistas que sabían sobre un evento gastronómico en la ciudad, o el policía que en una noche de rumba nos dejó estacionar en un lugar especial, porque éramos participantes del «evento de cocina». A ratos recordé a Lima en Mistura, cuando el llamado «ciudadano de a pie» sabía, o por lo menos intuía, lo que estaba pasando en la fiesta de la gastronomía peruana.

Felicitaciones a Venezuela Gastronómica, a sus aliados e invitados, a los merideños y al resto de los participantes. Se trató de un capítulo bien organizado, con una concepción precisa que deja abierta la puerta a nuevos episodios, donde entrarán temas que en esta ocasión no tuvieron cabida. Espero que las condiciones de acceso a la ciudad sean más amigables, porque la situación actual lamentablemente la aisla.

Como reflexión personal, creo que vamos bien. Que aquella máxima que uno se crece en las dificultades, encuentra un ejemplo perfecto en nuestra gastronomía. Nos tocó mirarnos el ombligo (por el motivo que sea), y lo que vemos nos gusta, reconcilia, emociona y reta. Ese talento de adaptabilidad, ingenio e improvisación que nos es innato a los venezolanos, ha resultado muy útil. Lo que vi en Mérida habla de tiempos mejores.

Vanessa Rolfini Arteaga
Vanessa Rolfini Arteaga
Comunicadora social y cocinera venezolana dedicada al periodismo gastronómico. Egresada de la UCAB con estudios de especialización en la Universidad Complutense, de crítica gastronómica en The Foodie Studies y entrenamiento sensorial en la Escuela de Catadores de Madrid. Actualmente, redactora en Sommelier y columnista del diario Correo de Perú. Conductora de rutas gastronómicas y editora de guías. Experta catadora de chocolates.

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