SIG 2010: La gran decepción!

La primera jornada del SIG 2010 ofreció lo mejor y lo peor de Venezuela. Eran dos países en un mismo espacio. Por una parte la maravillosa e inspiradora participación de Venezuela Gastronómica para quien solo tengo elogios y mi más profundo respeto. Desmostraron que la calidad y el trabajo en equipo se sobrepone a las adversidades. Aunque por razones ajenas a su voluntad, arrancaron con más de dos horas de retraso, hicieron soportable el desesperante calor, por un momento se olvidó la locación hostil para viajar por un país de sueños, de posibilidades, de sabores, de imaginación. BRAVÍSIMO!

Pero lo que ha ocurrido este año con el Salón «Internacional (¿?¿?¿?)» de Gastronomía, es difícil de etiquetar, incluso de digerir. Llevo horas dándole orden a mis ideas, porque ni siquiera estoy molesta, solo profundamente decepcionada.

En primer lugar, la falla es de origen. No se debió permitir montar un evento de estas magnitudes en un lugar cuya construcción está inconclusa. Llegué a pensar «este sitio no pasa ni por error una inspección de los bomberos, si ocurre una desgracia que Dios en persona se apiade de nosotros». ¿Acaso no era más sensato posponer el evento un par de semanas?

Todavía en horas de la mañana estaban frisando baños, instalando alfombras, olía a pega, a cal, sin contar que ni siquiera estaban listas las instalaciones eléctricas, ni el aire acondicionado en «el salón Gran Cocina». Se iba la luz y decían algunos de sus organizadores , que por cierto fueron desapareciendo uno a uno, al final solo quedaba Sasha Correa como alma en pena dando vueltas de un lado a otro, intentando … no sé … sortear lo imposible. Retomando, decían palabras más, palabras menos es que hay una falla de electricidad en la zona. ¿En la zona? Será en esa suerte de mazmorra o barraca donde se montó el SIG, porque el resto del centro comercial Líder contaba con electricidad.

A todo esto hay que agregar la alfombra que esconde un piso irregular y lleno de baches, el difícil acceso, la falta de información, y los ¿salones? de conferencias, totalmente improvisados, con instalaciones técnicas deficientes para las presentaciones, que como si fuera poco exhiben su nombre en un papelito escrito a mano pegado supongo yo que con saliva.

Toda la programación se retrasó por horas, por ejemplo, Ivette Franci que vino con su gente desde Maracaibo sufragando todos sus gastos, pudo exponer después de 4 horas de retraso, pero no pudo servir todo lo que tenía previsto porque la falta de refrigeración literalmente «le dañó» la comida, además que no se pudieron apreciar las hermosísimas fotos de archivo que con tanto celo ha encontrado en sus investigaciones. Otro caso fue la gente de Alta Cava, cuya cata de vinos armonizada con los platillos de Alex Arcas, tuvieron que suspender porque los repautaron para las 10 de la noche, es decir, toda esa comida se quedó en cavas.

Incluso, se vieron deslucidas las presentaciones de Nelson Méndez y el bautizo de su libro en una especie de tarima improvisada, aquello daba pena ajena. O la presentación de Mauro Colagreco al final de la noche, cuando ya quedaba poca gente (ya cansada de sortear en un día que parecía un capítulo de «Suvivor» o de «Amanzing Race«), a quien le rogaban que entrara al salón para que no se viera vacío. Qué tristeza, porque vi parte de la presentación y me pareció muy interesante, allí si me hubiese gustado ver estudiantes de cocina, aprendiendo sobre tendencias de la culinaria actual.

El irrespeto es general. A los expositores (que no entiendo como se dejaron echar ese vainón y pagar por estar presente bajo estas circunstancias), a los ponentes y por supuesto, al público asistente que tiene que pagar Bs.170, además de Bs.25 por una copa sucia y de «mala muerte».

Además de Venezuela Gastronómica, los ponentes y expositores, lo que salvó la patria era el ambiente de camaradería entre viejos y nuevos amigos y colegas. Mucha gente que ver, con quien conversar, un espacio que se presta para ponerse al día. Ayer comprobé que los venezolanos estamos corporalmente adaptados al desastre, a esperar, a la paciencia que implica hacer colas o simplemente resolver.

Quiero dejar claro, que al igual que mucha gente con la que conversé sobre esto ayer, soy de la firme convicción que no hay que dejar morir el SIG, es necesario este espacio de encuentro anual, donde nos nutrimos, nos vemos las caras, aprendemos, enseñamos, probamos, intercambiamos información e impresiones. Pero NO bajo estas circunstancias que rayan en la marginalidad. NO, una y mil veces NO.

Cierro reafirmando mis decepción y mi tristeza. Gracias a los expositores y ponentes que desmostraron que si hay país en medio del caos. Quedan dos días de jornada, después de consultarlo con mi almohada, asistiré porque aún el programa presenta cosas interesantes y hay muchos colegas y amigos que se han fajado para hacer sus presentaciones de calidad, lo cual hay que apoyar.

Otras reseñas al respeto
Textos en su tinta

Vanessa Rolfini Arteaga
Vanessa Rolfini Arteaga
Comunicadora social y cocinera venezolana dedicada al periodismo gastronómico. Egresada de la UCAB con estudios de especialización en la Universidad Complutense, de crítica gastronómica en The Foodie Studies y entrenamiento sensorial en la Escuela de Catadores de Madrid. Actualmente, redactora en Sommelier y columnista del diario Correo de Perú. Conductora de rutas gastronómicas y editora de guías. Experta catadora de chocolates.
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  1. que mal lo que estoy leyendo, totalmente de acuerdo contigo seria una pena que se elimine el SIG, hay que luchar enviar cartas, comentarios a la organizacion para que esto no ocurra mas nunca. Hace mas de un mes hablaba con el Profesor Victor M. y el me decia que era imposible hacer el SIG en esos espacios, que era una locura y ahora con lo que comentas no tengo palabras.Aqui en Mérida se presento el evento Andes Gastronomico un evento de altura, que aunque fue en un hotel, en un espacio pequeño el resultado fue maravilloso. Cada charla, cada ponente, cada stand todo bien hecho y muy bien pensado.Espero ver como fue tu experienciaestos dos días de jornada que quedaSaludos desde Mérida.. Nelson Castro

  2. Jose Gonzalez. Realmente lastimoso muchas de las cosas sucedidas durante el salon, solo comentare dos porque la lista seria larga y no merecen tanta atencion a la mediocridad de los organizadores. ayer sabado durante la presentacion de Helena Ibarra y Pascal Cherance por nombrar a los de ayer no fueron presentador por nadie. dios es un salon merecen el lugar que les corresponde como invitados ."ME DIO PENA AJENA" falta de todoooooooo es que fue de lo peor.. en otro orden no se tomo en cuenta que si habia degustacion de algun tipo debe haber personal para recoger los platos etc. en 8 horas del primer dia no aparecio un recipiente para botar la basura y el comentario lo hago porque una niña de las DESORGANIZADORAS comento que la gente si eras sucia.. Srta nadie podia sostener11 platos de degustacion en las manos su trabajo era prever esta situacion. y cuidado con ese tipo de comentarios su juventud imagino permite hacer ese tipo de pesimo trabajo . espero mejores vientos el salon no debe morir . AAAAA !!!! y cobrar la copa fue el tope de lo chusma sono a extorcion si no compra la copa nada podra hacer porqu no hay donde colocar las catasssss DIOS PERDONALOS …..Especial comentario a la gente de Venezuela Gastronomica QUE SOLO CON UN PROFUNDO AMOR Y COMPROMISO A TODOS Y CADA UNO MIS RESPETO .. PORQUE HAY QUE SER MUY VALIENTE PARA NO HABER ABANDONADO ESE LUGAR. " por cierto si me encuentran el nombre del bombero que dio el permiso me lo envian para un negocio que tengo y tenia mi dudas pero si ha lider le dieron permido ya no tengo miedo"

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