Café de la Paz para disfrutar la clásica buena mesa, día y noche, todos los días

El Café de la Paz ubicado en la calle Tarata, se trata de esos lugares que tienen todo lo necesario para convertirse en un habitual. Perfecto para considerarlo como punto de encuentro frecuente, donde, se puede ir en cualquier momento del día, porque la carta está llena de platos de la cocina tradicional peruana, pero también de la culinaria más internacional, que se adaptan a diversos ritmos de vida, gustos. Algo muy importante, se trata de un restaurante con todas sus letras.

Hay dos Café de la Paz, el que abrió primero ubicado frente al Parque Kennedy desde 1996, y el que está en Tarata desde 2010. En este caso, resalto al segundo porque forma parte de una zonas que en tiempos recientes muestra un resurgir gastronómico y cultural estimulante. Sí, este pequeño boulevar que en su momento fue protagonista de un hecho tan doloroso para la historia nacional, se ha redimido y encontrado en el emprendimiento, el trabajo, el placer por la buena mesa un espacio de orgullo. Entonces, este restaurante (curiosamente llamado café) forma parte de una zona gastronómica que se ha renovado.

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Café de la Paz es la recomendación de hoy de Rutas Golosas… demuestra que los clásicos siguen ahí, vivos y proponiendo cosas… #cafe #restaurante #lima #miraflores #cafe

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A toda hora, a gusto del comensal

El Café de la Paz prende fuegos con su carta de desayunos, aunque aclaran que el comensal puede pedir cualquiera de las comidas del menú, independientemente del momento del día. No es recomendable desayunar con lomo saltado o carapulcra, por ejemplo, pero si se pide temprano lo van a servir.

Pero el menú del desayuno tiene un lugar especial, donde parece que todo está cubierto. Opciones tradicionales como tamales, triples, granola con frutas, pasando por panquecas, tostones, huevos preparados de diversos modos. Muy difícil que un antojo no encuentre respuesta aquí. Entre las recomendaciones, el sandwich de prosciutto con queso brie, la butifarra casera y las crepes.  

Sin sorpresas y con consistencia

La carta del resto del día es extensa, contempla desde clásicos de la culinaria peruana, pasando por pastas, ensaladas, hamburguesas, pizzas, quiches, empanadas, difícil de resumir en pocas líneas. Sin embargo, algunas sugerencias para hincarle el diente a este menú, como el sabroso tacu tacu Tarata, cualquiera de las pastas hechas en casa, porque tienen el aval de otros restaurantes del mismo grupo especializados en este plato. Tal vez no las consideren, pero créanme, son de factura casera, bien ejecutadas.

La propuesta del Café de la Paz se basa en platos elaborados y servidos una y otra vez. No cabe la improvisación aquí, entonces, si está en la carta es porque se ha mantenido con el paso del tiempo. Es lo que ahora se denomina cocina confortable, que bien alimenta, sabrosa, sin caer en refinamientos extremos, le resulta conocida al comensal quien no necesita mayores descripciones. Pide basado en el gusto de platos que simplemente desea disfrutar.

Entonces la hamburguesa con papas fritas, está bien hecha, buen pan, carne cocida a término. Si pides un sándwich el pan será fresco y de relleno generoso, las ensaladas son frescas y aquí destaca la del chef, que puede ser una comida perfecta para quien quiera un almuerzo liviano y fresco, elaborada con lechugas y espinacas fresca, pollo, omelette, queso, choclo, aderezada con vinagreta clásica.

En el caso de quien desee disfrutar en grupo, los piqueos bien armonizan con cervezas, vinos y cocteles. Un aparte para el pisco sour bien ejecutado. En este caso dos sugerencias, “la ronda marina caliente” con conchitas a la parmesana y langostinos al ajillo con crujientes bastones de yuca frita, también presentes en el llamado “de la sierra del Yampuruna” con queso andina, salsa ocopa y huancaína.

Te puedes sentar en esa fresca terraza a disfrutar el ambiente que ahora tiene Tarata, con la sola intención de un dulce acompañando un café o infusión, o cerrar la comida con un postre. Otra selección difícil. Sin embargo, las creps en cualquiera de sus versiones son buenas, en especial, la Suchard con helado de vainilla, fudge de chocolate, durazno y chantilly. Pero la favorita de la autora de la nota ha sido el cheescake de capuccino (espero sigan esta recomendación al pie de la letra).

Bonus track del Café de la Paz: servicio de café

Un aparte para el servicio de café, que tiene un aire clásico. En este caso, el servicio en cualquiera de sus modalidades será en una bandeja de madera individual, en taza de porcelana blanca, acompañado con galletitas. Los han servido así desde el principio y no han sucumbido a las tendencias, lo que le da un estimulante aire vintange. Una recomendación que le brindará además de un sabroso café, un momento instagrameable.

Coordenadas Café de la Paz

Vanessa Rolfini Arteaga
Vanessa Rolfini Arteaga
Comunicadora social y cocinera venezolana dedicada al periodismo gastronómico. Egresada de la UCAB con estudios de especialización en la Universidad Complutense, de crítica gastronómica en The Foodie Studies y entrenamiento sensorial en la Escuela de Catadores de Madrid. Actualmente, redactora en Sommelier y columnista del diario Correo de Perú. Conductora de rutas gastronómicas y editora de guías. Experta catadora de chocolates.
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