Carta abierta a Urbanimia

Amada Urbanimia:

Acabo de recibir una comunicación donde simplemente dicen «colgamos el sombrero».  Acto seguido, me sirvo un ron porque no puedo parar de llorar.

Caracas vista a través sus ojos resultaba divertida, llena de sorpresas, de datos conmovedores, de historias que llegaban al corazón y a las tripas. Sus recorridos eran ingeniosos, con ángulos inesperados sobre lo que nos rodea,  y resulta que ahora ponen punto final a una labor extraordinaria.

Mi admiración por ustedes es infinita, tuve la fortuna hasta de organizar juntas un recorrido , de comprobar en carne propia lo fajonas son, lo increíblemente creativas, planificadas y organizadas para diseñar e implementar sus rutas. Por eso su concepto siempre fue un éxito. Oxigeno en la verde ciudad de la furia.

Nos ha unido una meta común, mostrar lo bueno que tiene una ciudad de las que casi todos se expresan mal. Una urbe incomprendida, pateada, mal reseñada, que como un hijo que crece en la violencia, resultó un adulto terrible. Pero ustedes con una certeza a toda prueba, vieron su buen corazón y lo compartieron con toda persona interesada y dispuesta en invertir algunas horas de su tiempo en eso.

Petare, las equinas del centro de Caracas, el Calvario, la UCV, Los Próceres, el mercado de Quinta Crespo, Sabana Grande, entre muchos otros lugares, fueron la materia prima de sus maravillosas travesías. Ojalá existieran muchas Urbanimias en el mundo, gente empeñada en hacer de lo positivo un medio de vida y compartirlo.

Estimadas amigas Stefany y Adriana, no puedo sino desearles lo mejor, porque la buena vibra es el equipaje que viaja con uno a donde vaya. Así que estoy segura que en cualquier momento escucharemos de Urbanimia Uruguay, España, Italia y hasta donde las lleven ese increíble olfato y corazón explorador que ven luz a su alrededor. Solo me haré la idea que cerraron por mundanza.

¡Hasta pronto … que la fortuna acompañe sus pasos!

Su admiradora de siempre, Vanessa