Explosivos sabores de oriente


Salvo contadísimas excepciones, en lo que va de año no he tenido suerte con los restaurantes. Incluso, tengo la leve impresión de una peligrosa estandarización del gusto y la sazón, razón por la cual en todas las cartas hay ceviches, pasteles de polvorosa, tiraditos, risottos, fetuchinis, carpaccios, abuso en el presencia de algunos ingredientes como el ají dulce o en su defecto, mezclas difíciles de concebir. Hecho que a veces me resulta bastante cansón.

Pero me llevé la más agradable de las sorpresas, en la cena ofrecida por los cocineros Yelitza Acosta, Edgardo Morales y Tamara Rodríguez en Las Marías, con motivo de presentar todos los planes que desarrollaran en dicho espacio durante 2011.

La sorpresa llegó de sabores conocidos, almacenados en mi memoria gustativa, en mi orgullo patrio pero que hacía mucho no disfrutaba. Nuestras frutas, nuestros productos como chorizos, morcillas, queso de cabra de carora, lau lau, carite, casabe, ocumo, pira, coco, perfectamente aliñados, en recetas maravillosamente elaboradas y presentadas.

Hay tanto que buscar en los sabores del interior del país. Eso lo pensé cuando Tamara expresó que a su parecer, prácticamente la oferta de la ciudad la estipulan los importadores, porque se trabaja con lo que se consigue en el mercado y en gran mayoría los productos son importados. Estoy segura que más de uno argumentará las dificultades de la producción nacional, lo cual tiene mucho de cierto, pero también hay bastante comodidad y de querer ir «sobre seguro» en una oferta de restauranción que últimamente raya en lo aburrida. Solo digo esto en voz alta porque hay que tener cuidado con eso.

El menú:
Ceviche de lau lau. Hago un alto en este plato, muy sabroso, pero por los motivos que argumenté en párrafos anteriores, absolutamente prescindible. Sin embargo estaba bien elaborado.

Brusquetas de chorizo ahumado y chutney de pomalaca. Solo digo que por decencia no agarré un trozo de ese maravilloso chorizo traído desde oriente en mi cartera. Especiado, con un ahumado que redondeaba el sabor pero no invasivo, suave al paladar, muy gustoso.

Cuajao de dorado. Mi favorito de la noche.

– Morcilla carupanera con salsa de chocolate de paria y un toque de queso de cabra de Carora acompañado de chutney de pomalaca. Por cierto, esta fruta fue el hilo conductor de la noche, muchos de los platos la contenían pero me impresionó la adaptabilidad que presentó.

Acrá acompañado de mojito, chutney de pomalaca y picante de lechosa. Los acrá son unas torticas que se elaboran en la Península de Paria, en este caso Tamara las elaboró con ocumo, ají dulce y cilantro.

Sorbete de piña y ron de Carúpano.

Bake & Shark que venían rellenos de camarones o vieiras. Cada quien los rellenaba a su gusto con varias opciones en un mesón. Más adelante en este post los detalles.

Hervido de carite aromatizado con coco. El caldo gustoso y no grasoso, el pescado de excelente calidad y llegó en el mejor momento.

Centro de lomito con salsa de chocolate y parchita acompañado de pira

Bienmesabe

Bombones con cacao de Paria

Durante toda la noche se podía escoger entre vino blanco o tinto, nada del otro mundo pero la armonía fue aceptable. Pregunté varias veces las etiquetas que desgustábamos pero no obtuve respuesta y admito mi flojera de no acercarme a verificar. Pido excusas por eso.

A la gente de las Marías muy agradecida por la invitación, espero que tal como expresaron, le den espacio a cocineros del interior del país, cuyas propuestas serán más que bienvenidas. Anunciaron que próximamente la cocinera Yelitza Acosta arrancará con la programación, por lo que recomiendo a quien tenga las posibilidad de no dejar pasar esta oportunidad.

Finalmente, agradezco la hospitalidad de los anfitriones y cocineros, estoy consciente del esfuerzo que significó para ustedes, pero la velada fue simplemente perfecta.

De todos modos, aquí les dejo las página del lugar: http://www.lasmariascocinadecasa.blogspot.com/, también pueden comunicarse con Carolina Moreno al 0414 1178328

Morcilla carupanera con salsa de chocolate y un toque de queso de cabra acompañada de chutney de pomalaca … combinación juguetona, inesperada al paladar pero increíblemente sabrosa.


Cuajao de dorado, mi favorito de la noche. Hacía años que no probaba un cuajao tan delicioso, al punto, que entré a la cocina con ojos del gato con botas de Shrek y logré que me regalaran del sobrado. Lo cierto es que al día siguiente desayuné como una reina, porque me dieron un trozo de dimensiones generosas.


Sorbete de piña y ron Carúpano. Refrescante, amable al paladar pero con un final en boca donde el ron traviesamente dejó clara su presencia.


El cocinero Edgardo Morales friendo los bake & shark un plato de origen trinitario que se come en Paria. Consiste en estos «panes» que adquieren su nombre según su manera de cocción. Entonces, cuando son fritos se le llama flotas, horneados son becas o bakes y asados son domplinas. Los colocaron en la mesa, venían rellenos de camarones o vieiras y cada quien los rellenaba a su gusto, con piña fresca, chutney de piña y ají dulce, chutney de pomalaca, tres tipos de mojito, tomate, pepino y picante de lechosa. Podría haberme comido una bandeja entera, qué delicia!


Centro de lomito con salsa de chocolate y parchita acompañado de pira (preparación a base de vegetales y hierba Caracas), exquisita combinación, además la carne estaba en su punto y la salsa no le arropó el sabor sino que fue un compañero balanceado y necesario.


Bienmesabe. De las sorpresas de la noche. Excelentemente bien elaborado, con sabor justo del coco, el bizcocho fresco, el toque de ron no impositivo que perfumaba la boca y el merengue fresco, firme y suave. Para poca gente, es un secreto mi aversión al coco, pero estaba tan sabroso que me comí la mitad. Algunos de los asistentes afirmaron que irían a Casa Veroes, en el centro de Caracas donde trabaja Edgardo Morales, solo por comer este postre. Bravo!


Los cocineros Yelitza Acosta, Edgardo Morales y Tamara Rodríguez … trio responsable de la felicidad de mi paladar.

Vanessa Rolfini Arteaga
Vanessa Rolfini Arteaga
Comunicadora social y cocinera venezolana dedicada al periodismo gastronómico. Egresada de la UCAB con estudios de especialización en la Universidad Complutense, de crítica gastronómica en The Foodie Studies y entrenamiento sensorial en la Escuela de Catadores de Madrid. Actualmente, redactora en Sommelier y columnista del diario Correo de Perú. Conductora de rutas gastronómicas y editora de guías. Experta catadora de chocolates.
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