El «Pousse café» de Santi y Maribel

«El cocinero, fuera de su entorno debería quitarse la chaquetilla que le protege en su interior y abrirse, enriquecerse, practicar con menos recetarios, escuchar a la vida. La ilusión de los amigos por tener un amigo cocinero no debería condicionar en nada las relaciones personales, aunque, para serles sincero, lo que más feliz me hace es cocinar para los que quiero, y sigue sin importarme ponerme a asar o freír en mi día de fiesta; en realidad, es algo instintivo, que me sale de dentro como a otros el cantar. (…) Pudiendo hablar a través de un puré de patatas, una salsa de café, el olor de una perdiz asada, la textura de un lomo de ciervo con jugo de enebro o el sorbete de moras confitadas que me trajo Teresa en el verano que acabamos de dejar atrás, me resulta más apasionante vivir».

Santi Santamaría en artículo publicado el 10/10/2004 en el diario La Vanguardia y recopilado en el libro Palabra de Cocinero.

Como siempre, las malas noticias son las pocas cosas que viajan a la velocidad de la luz y la muerte del chef catalán Santi Santamaría ya inunda la web. Me gusta recordar a la gente en vida, por eso mi paso por los velatorios es rápido y por nada del mundo me acerco a la urna. En el caso de Santamaría, se dice que murió de causas naturales y parafraseando a Rubén Blades, «Claro, después de una comilona de antología que te mueras es normal». Especulo yo y en esa versión me planto.

Santamaría visitó Caracas en octubre de 2007. Me pareció un señor encantador, claro en su propuesta, rudo en sus argumentos, lapidario en sus opiniones, temerario en su criterio, más allá que luego le agarró el gusto a la polémica mediática, lo cual a mi parecer no le aportó nada memorable. Sin embargo, siempre me gustó su verbo, su discurso de cocinero apasionado ese que devoré en su libro Palabra de Cocinero. Me hizo reflexionar no solo sobre la cocina, sino sobre la pasión, la responsabilidad del oficio y el plantarnos cuando creemos que hacemos lo correcto.

Admiro profundamente la gente que ama la vida, que la disfruta sin pichirrez, se desborda en buena vibra, ríe hasta las lágrimas, lloran hasta empapar la ropa, comen y beben sin pudor, no paran de sumar buenos amigos y rien de sí mismos hasta el escándalo. La verdadera muerte está en el olvido.

Esta nota va dirigida a Santi Santamaría y Maribel Ugarte (amiga muy querida a quien esta vida que tanto amó, le jugó una pasada inesperada. Deja triste a muchos amigos. Que tu brillo y alegría no sucumban al olvido)

La reseña que escribí en este blog sobre la conferencia de Santamaría en Caracas:
http://historiasdesobremesa.blogspot.com/2007/10/santamara-cortando-rabo-y-oreja.html

Vanessa Rolfini Arteaga
Vanessa Rolfini Arteaga
Comunicadora social y cocinera venezolana dedicada al periodismo gastronómico. Egresada de la UCAB con estudios de especialización en la Universidad Complutense, de crítica gastronómica en The Foodie Studies y entrenamiento sensorial en la Escuela de Catadores de Madrid. Actualmente, redactora en Sommelier y columnista del diario Correo de Perú. Conductora de rutas gastronómicas y editora de guías. Experta catadora de chocolates.
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