¿Feliz día de la alimentación?

El 16 de octubre se celebra el día mundial de la alimentación.  Suena importante y lo es. No se trata de caridad, una fecha hueca llena de discursos, ni panfletos de los que hacen llorar o preocuparnos. Tampoco es una efeméride lejana.  Se sirve en nuestra mesa tres veces al día (para  quienes tienen la posibilidad).

La FAO asegura que en 2012, 870 millones de personas padecen subnutrición crónica, es decir, una carencia en los nutrientes que su cuerpo necesita para funcionar. Pero este día también afecta a los sobrealimentados, a los mal alimentados, quienes adolecen patologías asociadas a la alimentación bien sea por exceso o defecto.  Lo incluye todo, porque toca uno de nuestro requerimientos básicos para la vida.

Había una tarjeta que decía «el día de la madre es todos los días», de igual manera debería suceder con  el día de la alimentación. Revisando la página de la FAO este año, han tomado la arista de las coorperativas agrícolas, un tema sorprendente, porque arroja algunos datos que deseo compartir:

1012 ha sido nombrado por la Asamblea General de la ONU como » el año internacional de las cooperativas«.

En 2050 (si llegamos) se estima que poblarán el planeta 9000 millones de personas y gran parte de su alimentación dependerá de las cooperativas agrícolas. Actualmente, alrededor de 150 países cuentan con este tipo de organización.

Se calcula que 1000 millones de personas son miembros de cooperativas en el mundo. Generan más de 100 millones de empleos directos e indirectos. «Se trata de un 20% más que la empresas trasnacionales».

Las cooperativas alimentarias abarcan desde el tema de organización, formación, financiamiento, seguimiento, asesoría técnica, pasando por la calidad de vida de sus miembros, sostenibilidad, salud, medio ambiente, es decir, no se limita al tema de la actividad agrícola y pecuaria como tal. También los fortalece para influenciar en el sistema político y económico de sus respectivos países.

Ahora, pensando en voz alta, solo revisando algunos de los datos que publica la FAO (página que invito a leer), es una lástima que en Venezuela la palabra «cooperativa» sea mal entendida por su inadecuada aplicación, más vinculada a la política oficial de los últimos años. Sin embargo, el poder de la organización es incuestionable,   una figura que ha existido siempre.

Acaso no hablamos del Slow Food como algo glamoroso. Pero los preceptos de esta filosofía, no se alejan en absoluto de lo que plantea la FAO.  Basta viajar al estado Mérida, aquí en Venezuela, y ver las iniciativas  como la que tiene la gente de «Mano a Mano», que agrupa a productores  y consumidores, en un encuentro semanal de mercado con productos de calidad y a precio justo para todos.  Otros casos son los pescadores de mejillones en la Guardia en Margarita, las cooperativas de café en Portuguesa, entre tantos otros casos de los que me ha tocado escribir y que muestran resultados exitosos.

Finalmente, me agrada ver el giro que ha dado la FAO en abordar el tema del hambre desde otra perspectiva, no el de las víctimas, sino el de emprendedores que se ocupan de resolver sus problemas: responsabilidad individual y poder grupal. Una fórmula que dispara alarmas entre los poderosos, desde que el mundo es mundo.

La FAO afirma que la meta es disminuir en un 50% las cifras de hambre para 2015.  Ojalá! … los humanos somos imprevisibles … bien dicen que el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones.

Vanessa Rolfini Arteaga
Vanessa Rolfini Arteaga
Comunicadora social y cocinera venezolana dedicada al periodismo gastronómico. Egresada de la UCAB con estudios de especialización en la Universidad Complutense, de crítica gastronómica en The Foodie Studies y entrenamiento sensorial en la Escuela de Catadores de Madrid. Actualmente, redactora en Sommelier y columnista del diario Correo de Perú. Conductora de rutas gastronómicas y editora de guías. Experta catadora de chocolates.
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