Algunas recomendaciones e información básica para quienes se inicia como fumadores de tabacos, habanos y cigarros. Apenas guarda relación con fumar cigarrillos, se trata de una actividad lenta, ritual, estimulante, que alborota las papilas gustativas y ofrece posibilidades de armonías sabrosas, complejas e inesperadas.
- El primer lugar el tabaco debe estar firme pero no duro, que denota que tiene la cantidad justa de humedad y no se reseque.
- La capa externa debe tener un tono más o menos brillante y debe ser lo más lisa posible, lo cual habla de la calidad y buen curado de las hojas. El color debe ser homogéneo, sin manchas.
- No todos los tabacos son iguales, muy por el contrario cada marca tiene su mezcla particular, por eso quien se inicia en esto debe saber que fumará muchos puros antes de descubrir a sus favoritos. Además que cada medida tiene su nombre según su grueso y largo. Los buenos fumadores de tabaco entienden las diferencias y los momentos idóneos para disfrutar cada tipo.
- Al momento de manipular el tabaco, se comienza haciendo un corte con un accesorio adecuado como una guillotina, tijera o punch. Debe cortarse justo por encima donde el gorro se une a la capa. Tal como dicen los expertos «el objetivo es crear una apertura lo suficientemente amplia para asegurar un tiro perfecto».
- Encienda el tabaco con una llama inodora como fósforos largos de madera (sin azufre) o un encendedor de gas butano.
- Mantenga la boca del tabaco a unos 90 grados de la llama y hágalo girar hasta la superficie esté encendida de manera uniforme. Seguidamente, aspire hasta que la llama llegue al cigarro continuando el proceso de rotación. Sople suavemente sobre la parte encendida para comprobar que se ha encendido uniformemente.
- Cuando fume no aspire ni se trague el humo. Llénese la boca y disfrute los sabores y aromas. Relájese.
- El buen tabaco tiene la ceniza blanca, no se calienta y tiene que tener un «buen tiro», es decir, que la jalada sea fácil.
- Si el tabaco se apaga solo, puede volver a encenderlo pero antes retire todas las cenizas sueltas. Los buenos fumadores de tabacos, habanos y cigarros los dejan morir cuando no desean seguir, por nada del mundo los aplastan contra el cenicero.