Saboreando Curiepe el día de San Juan


Al niño San Juan Bautista le cantan, bailan y rezan todo el año, tiene su casa en la población de Curiepe en el Estado Miranda, donde exhiben todos sus trajes y juguetes. Pero el 24 de junio celebra su día, entonces lo llevan a la iglesia y luego en procesión hasta otra casa donde lo reciben con regalos, cantos y alegría.

Todo el pueblo se llena de adornos de flores, trozos de caña, cacao y frutas. La gente exhibe hermosos trajes hechos para la ocasión. El rojo es el color del día, entonces abundan faldas vaporosas con aplicaciones de flores, cabellos trenzados, sombreros, estampados, es decir, tanto colorido no es más que la alegría de celebrar al santo, le rezan para que pronostique buena cosecha, por eso se espera que después de la fiesta, simplemente llueva.

Durante la celebración se come de todo, a pesar del calor, cantidades inimaginables de sopa, bien sea mondongo o sanchocho, incluso en la casa del santo a quien lleve su envase se le regala la sopa. Como hace tanto calor, abundan cepillados, papelón con limón, jugos, nestea y por supuesto cerveza.

Este año, me encontré con algunas sorpresas que deseo compartir.

Esta señora tenía una oferta envidiable, besos de coco, mazamorra de plátano y pavo relleno.


Pavo relleno, se trata de una torta realizada con la misma mezcla que se hacen las catalinas y los besos de coco, pero la rellenan con jalea de guayaba, que en este caso tenia un delicioso toque ahumado conferido por la leña con el que fue cocido. Simplemente magnífico!


Algodón de azúcar y cepillados …

Esta escena se repite por todas partes, venta de huevos sancochados (muy común en las playas) y mujeres con cavitas que contienen bollos de maíz envueltos en hojas de plátano. Los que probé eran increíblemente gustosos.


En muchas casas y en la iglesia, adornan con cacao, caña de azúcar y aves del paraíso, los cuales abundan en la zona.


Este par disfrutaba de su sopa en la casa de San Juan


Parrillas, parrillas, parrillas: con chorizo, morcilla, carne de res y pollo. Olía muy bien, pero tengo mis dudas …




Esta señora revolvía una olla inmensa con mondongo, a pesar que estaba en el garaje de una casa, todo lucía limpio y arreglado. El mondongo en cuestión olía tan bien que provocaba nadar en aquella olla, con un caldo sustancioso y ligeramente espeso.

Mi más reciente invento, cepillado con cerveza … ahhhhhhhhh!!!!!!! absolutamente refrescante.

Vanessa Rolfini Arteaga
Vanessa Rolfini Arteaga
Comunicadora social y cocinera venezolana dedicada al periodismo gastronómico. Egresada de la UCAB con estudios de especialización en la Universidad Complutense, de crítica gastronómica en The Foodie Studies y entrenamiento sensorial en la Escuela de Catadores de Madrid. Actualmente, redactora en Sommelier y columnista del diario Correo de Perú. Conductora de rutas gastronómicas y editora de guías. Experta catadora de chocolates.
spot_img

Recientes

Artículos relacionados