Hace poco estuve en Coro. Me sorprendió como las calles están llenas de Apamates floreados. En la foto mi mamá y la señora Olga Curiel.
Llegando a la plaza de las Tres Gracias en Caracas, hay varias plantas de guayabas, cuando tomé esta foto no estaban cargadas, pero muchas veces las he visto llenas de guayabas que se comen los pájaros.
En los Palos Grandes naranjas y limones.
En el estacionamiento del Banco de Venezuela en San Bernardino hay una mata de almendrón que está a reventar. Lo más sabroso de este fruto es rompre la semilla, porque adentro hay una especie de nuez extraordinaria.
En verdad, la tierra en Venezuela es generosa, solo hay que mirar alrededor, afinar la atención y descubrir como las aceras están llenas de árboles y flores, que más que obedecer a una política de ornato, son producto de la naturaleza y su generosidad.
Caracas que es una ciudad tan maltratada y sucia, tiene el jardín más bello del planeta que es el cerro El Avila, pero además sus aceras están llenas de árboles como Jabillos, Ceibas, Apamates incluso Araguaneyes y Bucares. Pero además hay árboles frutales de todo tipos, que van desde los más abundantes y obvios como mangos, pasando por almendrones, guayabas, ponsigués y limones.
A veces cuando voy en la cola, me sorprende la cantidad de frutas y hasta flores que hay en las aceras que alguna vez alguien las sembró, pero que después las abandonaron a la buena de Dios.
Por ejemplo, cuando se pasa por los estadium de la UCV, la isla está llena de lirios blancos, casi todo el año están floreados y contra todo pronóstico nadie los arranca, eso sí, nunca he visto que los rieguen, ni les añadan fertilizante, ni siquiera que les retiren la basura que la gente lanza desde sus carros.
La Florida y los Palos Grandes en temporada están a reventar de mangos, incluso me hace mucha gracia ver muchachos apedreando los árboles para tumbarlos, una visión común en el campo pero no en la ciudad.
Podría dar miles de ejemplos, pero lo que me queda es que gracias a Dios, la naturaleza en tan generosa con este país, porque su contraparte somos los venezolanos, aunque me cueste decirlo y cruzo los dedos para que existan excepciones.
Sra Rosa Que grata sorpresa al ubicar su nota sobre los árboles frutales de Caracas. Es un enfoque poco común de la utilidad de los árboles urbanos. Me voy a permitir citar está nota en mi blog. http://www.arbolesdesanpedro.blogspot.comFinalmente la invito a visitarlo y hacerme sus comentarios. Asi sumamos esfuerzos.