El patrón está servido. El chef de cocina está cosido como una suerte de colcha de retazos que incluye a Anthony Burdain (el que describe en Confesiones de un chef), Ferrán Adriá, Master Chef y mi mente no puede separar la imagen del chef galo-vasco Iñaki Azpitarte, que cuando vino a Caracas en el 2008 hizo todos los desastres imaginables. Sin embargo, recuerdo vívidamente el almuerzo en su restaurant Le Chateaubrian como uno de los mejores de mi vida. La receta del chef la conforman rebeldía, violencia, adicciones, creatividad, talento, arrogancia, temperamento, narcisismo, ambición, que encuentra en la cocina callejera materia prima para la inspiración. Solo que ahora hay que agrearle algo más: ser guapo, muy guapo. Porque Adam Jones interpretado por Bradley Cooper lo es, y mucho.
La película BURNT (USA, 2015), traducida al español como «la buena receta» o «un chef en apuros» (mi Dios, no se que piensan al poner esos títulos), se trata de un chef norteamericano que pasó años en París trabajando a ritmo frenético al mando de uno de los chefs más reconocidos, pero termina enredado en problemas de sexo, droga y rock and roll, que lo llevan primero a la ruina, que deriva en una especie de autoexilio-penitencial a Loisiana, USA, donde por dos años ocupa sus días a abrir ostras. Cuando llega al millón de conchas abiertas, decide regresar a redimirse, limpiar su nombre y lo más importante, a buscar su tercera estrella Michelin en un restaurante en Londres.
No les voy a contar el final de la película, pero está llena de lugares comunes. Transcurridos 20 minutos intuirán el final y créanme, que eso es exactamente lo que sucederá. Parece que su guionista Steven Knight leyó y digirió todas las entrevistas a chefs famosos de los últimos cinco años y las concentró en diálogos que están llenos de titulares, de frases sobrecocidas ensambladas sin gracia.
«Quiero que mi restaurant sea un orgasmo culinario. Que los comensales no vengan a comer porque están hambrientos (…) quiero que en la mesa se sientan enfermos deseo (…) para estar en mi cocina hay que ser arrogante (…) para ser como nosotros hay que vivir la vida», son algunas de las frases que lanza el chef Jones, muy parecidas a las expresadas por algunos chefs que he entrevistado y leido. Lo que me preocupa, es que estas palabras se conviertan en una especie de manifiesto que todos los nuevos cocineros deseen seguir.
Las imágenes están bien concebidas, parecen de revista en una fórmula sin riesgos, que se aprecian en una suerte de desfiles de platos predecibles y no apetitosos. Dado que el guión establece que el chef Jones es el mejor de todos, yo esperaba más. Lamentablemente se quedaron a un centímetro de la superficie, porque en la actualidad hay propuestas mucho más creativas, donde se rompen esquemas de platos, porciones, combinaciones, servicios, se altera el orden de servicio. Si querían estar en el tope, eso se debió buscar. Digo yo.
En estos casos la receta no falla, para la imagen plato blanco, mucha luz blanca de relleno, un foco de luz directa, un punto focal y mucho desenfoque. Y sobre los platos bocados llenos de flores y hojas frescas al mejor estilo de Michel Bras, quien ha sido imitado una y otra vez en los últimos quince años.
No lo voy a negar, es una película bien hecha, tiene todos los ingredientes para «una buena receta», No me extraña que termine siendo vista e imitada por mucho cocinero que desea empezar en el camino de los fogones.
A mi manera de ver, más allá que el tema gire en torno al chef Adam Jones y su mundo desquiciado. ¿qué pasa con el comensal? Importan acaso sus reacciones, lo que quiere o busca, y ni pensar en su relación con el cocinero. Definitivamente, qué relevancia puede tener un comensal contento o satisfecho, cuando lo importante es ser reconocido por la crítica y lograr la «fama y la gloria», materializada en una tercera estrella Michelin. Hollywood hábilmente captó la receta de estos tiempos y la ejecutó impecablemente. No estoy tan segura que esta imagen sea la mejor para los cocineros.
Burnt, 2015, Estados Unidos
Director: John Wells
Guionista: Steven Knight
Actores: Bradley Cooper, Sienna Miller, Omar Sy, Daniel Brühl, Matthew Rhys, Uma Thuman y Emma Thompson.
Vi la película hambrienta y en la medida que se descocían los minutos, mi apetito fue desapareciendo.
El único abreboca y final es la bellezura del chef.