Hoy fue mi último día en Madrid, ciudad a la que volveré muy pronto porque me ha encantado. En la mañana pasié por el parque El Retiro, lugar del que había escuchado miles de historias, pero una cosa es eso y otra es visitarlo en una mañana soleada de primavera.
El sol brillante no pasó inadvertido para los madrileños que también decidieron aprovechar el parque en un día tan especial. Gente patinando, en bicicleta, artistas ambulantes, títeres, marionetas, los arboles de verde brillante y miles de flores por doquier.
Recorrimos el parque a paso lento, deteniéndonos de vez en cuando a admirar una flor o a sentarnos bajo la sombra de un árbol. Mi mamá, mi amiga Soraly y yo, no perdíamos detalle de todo lo que sucedía a nuestro alrededor.
Pero lo mejor del paseo fue cuando llegamos a la Rosaleda, un espacio donde se concentran miles de rosas me varias especies, de todos los colores, la mayoría ya ha floreado, otras apenas asoman sus capullos, el perfume era penetrante pero sutil como suelen ser las fragancias de las flores, era como recorrer un jardín tocado por el propio Dios, realmente increíble.
Luego nos refrescamos con las caseras, almorzamos cerca de la Puerta del Sol y nos dirigimos a Cacao Sampaka, una bombonería a la que tenía mucho tiempo queriendo visitar. Elaboran bombones y productos a base de cacao, que quitan el aliento.
Bombones rellenos de parmesano, de romero, curry, especias, licores, con cacao de todas partes del mundo, inclusive tienen uno que se llama Venezuela. Además de gotas de chocolate, en barra, jaleas, velas, inciensos, infusiones, además de publicaciones y bebidas que armonizan con el cacao.
Lamentablemente, no puedo montar las fotos pero al llegar lo haré. Comimos un fondant en el café anexo que es una delicia, que me disfruté hasta el último bocado.
Nota: Rubén …. nos quedamos cortos con Cacao Sampaka.
Que bueno que estes disfrutando tanto, y que hayas podido visitar cacao Sampaka… espero las fotos y la degustacion al regreso… Un Abrazo