Me comí Madrid en una tapa

Madrid es la capital mundial de los bares. Levantas un vaso o un plato y sale un bar, das la vuelta a la esquina y sale uno, levantas un libro y aparece otro. Pero la mayoría de los que hemos visto se ven agradables, están llenos de gente y de bulla. Supongo que si se saca la media por metro cuadrado debe arrojar un número casi escandaloso.

Tal vez por eso en España me han dado tantas ganas de beber, como dirían en Venezuela, se me ha abierto la «tripa cañera». Entre las claras con limón y el vino puedo decir que casi no he bebido ni agua. Además cada trago viene acompañado de una tapa que junto a los buenos amigos saben mucho mejor.

El Ayuntamiento de la ciudad en conjunto con la Asociación Empresarial de Hostelería de la comunidad de Madrid y Cruzcampo, han organizado «De tapas por Madrid» en los distritos Chamberí y Salamanca, del 7 al 10 de mayo. 58 bares y restaurantes se han unido a la iniciativa y por el precio de 2,40 euros, la persona se puede beber una cerveza o una copa de vino junto a una tapa. En el material promocional aparece un mapa de los distritos donde se señalan los locales, y la tapa que ofrece cada uno en cuestión. Así que en una noche se pueden visitar tantos sitios como provoque o aguante el cuerpo.

Solo fuimos a un par de ellos con mis amigos Mirka, Cristo y Soraly (todos en las fotos), pero posiblemente mañana regresemos por más. Mi mamá y yo estábamos exhaustas después de recorrer la bodega Valduero. Visitamos el Ultreya, un lugar encantador, que sobre la puerta de entrada tiene la concha de los peregrinos de Santiago y todo el lugar hace alegoría al tema. Pedimos claras y cervezas sin alcohol. Estaba a reventar porque además una muchacha citó a un pocotón de amigos a celebrar su cumpleaños. Era tal la cantidad de gente, que se había acabado la oferta y tuvieron que improvisar, y en nuestro caso nos tocó una especie de revoltillo de chorizos acompañados con huevo duro, que por cierto, estaba bien sabroso.

Esta ciudad esta hecha para vivirla, disfrutarla, caminarla y sentirle el pulso. Había olvidado lo que es caminar de noche por la ciudad con los panas, tomando y comiendo, sin el miedo a ser asaltado, como hace algunos años se hacía en la Candelaria. Claro a esto ha contribuido el clima, que ha sido tan generoso, fresco, soleado …. sí, es primavera, estoy feliz, nostálgica, algo cansada … apenas es el tercer día de viaje.

www.tapaspormadrid.es

Nota de cata:
Visitamos la bodega Valduero en las Riberas del Duero. Realmente es mejor de lo que esperaba, nos atendieron con una amabilidad fuera de este mundo, bebimos y comimos maravillosamente, conocimos las novedades de la bodega. Eso es tema de otro post, pero será a mi regreso a Caracas, solo cuento esto por dar picón.

Vanessa Rolfini Arteaga
Vanessa Rolfini Arteaga
Comunicadora social y cocinera venezolana dedicada al periodismo gastronómico. Egresada de la UCAB con estudios de especialización en la Universidad Complutense, de crítica gastronómica en The Foodie Studies y entrenamiento sensorial en la Escuela de Catadores de Madrid. Actualmente, redactora en Sommelier y columnista del diario Correo de Perú. Conductora de rutas gastronómicas y editora de guías. Experta catadora de chocolates.
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