El mercado de Xochimilco

Xochimilco es una zona cercana a ciudad de México de la que se ha escrito mucho, son famosas sus trajineras – barcos coloridos en otras épocas llenos de flores – que pasean a sus habitantes y visitantes por los cientos de canales que componen la zona. Por muchos años, este lugar estuvo un poco descuidado, tal vez por eso mucha gente nos advirtió que pensaramos bien si queríamos visitarlo porque alegaban la suciedad y el mal olor del agua.
Nuestras anfitrionas Guadalupe y Rosita, nos llevaron hasta allá y para sorpresa de todos encontramos un lugar limpio, fresco, con un servicio impecable – bueno … es que en México el trato al turista es de primera – sus canales llenos de flores y de una vegetación que invitaba al descanso. El recorrido que escogimos duró aproximadamente una hora y media, en el trayecto conversamos, bebimos cerveza y refrescos, comimos elotes (marzocas) con queso, y disfrutamos un mundo viendo a los mariachis tocar, al igual que grupos de música norteña. Incluso estoy buscando una foto mía que me tomaron en Xochimilco cuando tenía seis años, ya aparecerá por ahí, para colocarla en este blog.
Por lo general, la expericia de visitar Xochimilco se limita a navegar por su canales. Pero si alguna vez lo visitan no se pierdan el mercado libre. Guao! es maravilloso. Está dividido en dos partes, una dónde venden ropa y algunos enceres, y la otra donde expenden comida preparada, vegetales, carnes, especias, utensilios de cocina y por supuesto flores. Digo » por supuesto» porque me impresinó la cantidad de flores que había en México, en las calles, en las ventanas, en los parques, en los mercados, en la iglesias …. flores de todos los colores, tipos y procedencias, y en el caso de Xochimilco no podía ser de otro modo ya este vocablo significa «ciudad de las flores».

Coloridas «trajineras«. Antes sus nombres eran hechos con flores, aunque en la actualidad no sea así, son igual de coloridas y un paseo en ellas es económico, dependiendo del número de personas que conforman el grupo se contratan grandes o pequeñas. Por lo que pude apreciar es un lindo paseo de domingo, cada quien pude llevar la comida desde su casa y hacer una especie de picnic. También al lado de la trajinera pasan todo tipo de comidas, frías y calientes, dulces o saladas … y les aseguro que si uno se descuida en todos los casos picantes.


Flores, flores, flores, hay en todas partes.


En la entrada del mercado venden flores de auyama (calabaza), los mexicanos las comen rellenas con queso o como rellenos de los tacos …. una delicia.

Una vista al interior del mercado, todos los puestos ofrecen más o menos lo mismo: tacos en muchas versiones, tamales, caldos, barbacoas y flautas.


Es común ver como al lado de los chiles, venden pescado seco, son pequeñitos y diminutos. Confieso que no entendí muy bien la explicación sobre con qué los comen.


Estas son pastas para preparar mole (salsa que se usa en México para aderezar carnes): la verde es de varios tipos de chiles, la naranja es pipián hecha con chiles y semillas de auyama y la marrón es de chile y chocolate.


Comimos en este puesto, ya que Guadalupe conocía a la gente de este puesto. Estaba dividido en tres partes, en un extremo preparan los tacos, en el centro la barbacoa y en el otro extremo los caldos, tamales y otras delicias. Al momento de pagar también se hace por separado.


Este es un taco azul – se usa maíz morado en su elaboración, aunque nuestras anfitrionas aseguran que ahora no es siempre así y que a veces los pintan – con relleno de flores de auyama. Su sabor es suave, crujiente y gustoso, el picante iba aparte.


Hojas de maíz para tamales.


Este tubéculo muy parecido al apio lo preparan con azúcar. A su lado varios tipos de conservas. Los dulces mexicanos son deliciosos.


Guadalupe explicandome sobre los chiles, ella está frenta a los chiles poblanos que estaban frescos. Por cierto, este tipo de chiles es el que se usa para chiles en Nogada un platillo originario de la ciudad de Puebla muy famoso en México e importalizado en la película «Como agua para chocolate».


Aguas de todos los sabores: de alfalfa, tamarindo, horchta, chia, mandarina, piña, mango, guanábana, melón, patilla y una que me encantó que se llama Tepache que consiste en piel de piña fermentada, muy parecido al guarapo de piña con papelón.


Frutos azucarados. El que tiene semillas es lo que llamamos en Venezuela Cabello de Àngel.


Torres de tortillas por doquier.


Insectos de todos los tipos, admito que no me animé a probarlos, no soy aficionada a este tipo de comidas, pero la presentación era muy linda.

Vanessa Rolfini Arteaga
Vanessa Rolfini Arteaga
Comunicadora social y cocinera venezolana dedicada al periodismo gastronómico. Egresada de la UCAB con estudios de especialización en la Universidad Complutense, de crítica gastronómica en The Foodie Studies y entrenamiento sensorial en la Escuela de Catadores de Madrid. Actualmente, redactora en Sommelier y columnista del diario Correo de Perú. Conductora de rutas gastronómicas y editora de guías. Experta catadora de chocolates.
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