129, avenue Parmentier. En esta direccion se localiza Le Chateubriand con Inaki Azpitarte a la cabeza. Un personaje que causo todo tipo de polemica y comentarios durante su visita a Caracas en el mas reciente Salon Internacional de Gastronomia – SIG -. Mas alla de los dimes y diretes que rodaron durante meses, igual lo inclui en mi listado de cosas por hacer cuando visitara Paris.
Llegamos al bistro pasadas las dos de la tarde, lo reconoci enseguida al recordar el video que llevo al SIG, un lugar austero, sin adornos, ubicado en una zona ajena al Paris para turistas. Un muchacho nos dijo que ya no les quedaba nada, que era un poco tarde y que con todo gusto nos tomaria las reservaciones para la noche. En ese momento aparecio Inaki, vestido con una guayabera y un delantal, despeinado y sudado. Lo llame por su nombre y se me quedo mirando, entonces le dije que nos habian presentado en Caracas, donde habia asistido a su presentacion y que como estaba en Paris aprovechaba para visitarlo. Enseguida le cambio la cara, esbozo una sonrisa y amablemente me repitio que no les quedaba nada.
Entonces, le pregute si me recomendaba un lugar cercano para almorzar, porque estabamos muertas de hambre. Salio del restaurant e intento explicame una direccion, busco papel y lapiz, dibujo un croquis de como llegar a una «cantina» vietnamita, que le gustaba mucho y ademas era economica. En ese momento ademas sentia que se cumplia otro de mis pendientes: comer vietnamita en Paris, pero con la seguridad que era un buen sitio, porque los cocineros suelen dar buenas recomendaciones.
Atravesamos la rue du Temple apareciendo una ciudad increible ante nuestros ojos. Un sector lleno de asiaticos, arabes y africanos, con negocios de todo tipo, inimaginable si le lee la ciudad de los brochures, flotaba un aroma a especias y pescado seco en el aire, era como si hubiesemos ingresado en otra dimension, mas rustica, algo sucia y desordenada, incluso la gente a nuestro alrededor hablaba muchos idiomas. Era tan fascinante todo lo que nos rodeaba que nos detuvimos en un monton de tiendas, hasta que llegamos al Dong Huong (14 rue Louis Bonnet).
La cantina resulto un lugar limpio, amplio, bien atendido y con un olor muy delicado entre hierba limon y citronela. Finalmente despues de ver lo que comia la gente nuestro alrededor y preguntar la especialidad de la casa, nos decidimos por una Soupe tonkinoise speciale (caldo muy aromatica con bolitas de pollo y fideos a la que aparte se le agregan hojas de hierbabuena), Rix aux travers de porc à la citronnelle (costillas de cochino hechas al grill servidas sobre arroz blanco) y Riw parfumè au poulet a la vapeur (pollo al vapor aue venia perfumado con hierbas y citricos), todo venia junto a una salsita de la que solo pude identificar vinagre de arroz y zanahorias. El almuerzo lo acompanamos con te, que estaba un poco dulce para mi gusto.
Me quede con ganas de probar un monton de cosas, como unos cilindros al vapor rellenos de vegetales y carones que segun la carta – que tenia fotos y todo – se llama Rouleaux de printemps aux crevettes et lardons y unos vegetales grillados que el comensal envuelve en hojas de lechuga y menta llamado Brochettes de crevettes grillèes avec galettes de riz. Tal como dijo Inaki el sitio resulto super economico y yo sali de ahi cantando Toy contenta de la Billos.
Le Chateaubriand
Al dia siguiente volvimos a Le Chateaubriand, llegamos mas temprano, apenas entramos nos encontramos a Inaki que lucia la misma estampa del dia anterior, conversamos sobre los vietnamitas y nos invito a sentarnos.
Enseguida se acerco un muchacho de nombre David, ahi casi todos hablan espanol, nos mostro el menu del dia y nos explico que si ordenabamos la formula que consiste en una entrada y un plato fuerte o un plato fuerte y un postre tiene un costo de 16 euros, sin las bebidas. Tambien podiamos hacer otras combinaciones o pedir platos a la carta.
De entrada ordenamos Gazpacho de petits pois y Joue de boeuf, petit Lègumes. La cara de mi mama era un poema cuando probo el gazpacho, porque ademas los salpicaron con flores frescas de lavanda. Luego antes del plato fuerte, como cortesia nos hicieron probar una crema de berenjenas ahumadas (recuerdo claramente que la preparo en Caracas), con trozos de atun fresco marinado con aceite de oliva y un toque de sal marina y una especie de sorbete de pesto de albahaca.
Seguidamente, llego el plato fuerte que consistio en un Saumon à l aneth con un pure de papas con mucho aceite de oliva, coronado con eneldo fresco. Ufffff!!!!!! simplente delicioso. Mi mama no hablaba, le pregunte si le pasaba algo y me respondio «estoy disfrutando». Luego compartimos Islas Flotantes para el postre y cerramos con cafe.
Al momento de cancelar la cuenta, nos ofrecieron Pacharan – uno de mis licores favoritos -, le pedi para tomarnos una foto, entonces se seco las manos y me dijo «vamos afuera». Llamo a David y nos hicimos fotos todos muy sonrientes. Sobre la cuenta solo digo que me alegro de no haber pagado lo que costo la cena en Caracas. Almorce estupendamente, ese es mi veredicto.