Lindas bolsas de las panaderías parisinas


Esta bolsa la encontré en una panadería en Montmartre, me pareció tan linda que entré y compré algo solo por tener la bolsita, me pareció un lindo ejemplo de lo que se puede hacer. Además utilizando las flores de Papavero o Moon Flower, que se ven por todas partes en Francia e Italia durante la primavera.


Por sugerencia de María Luisa Ríos, visité la panadería Poilane ubicada en la Rue Cherche Midi, famosa por ser una de las de mayor tradición en París y donde se puede adquirir uno de los panes franceses mejor elaborados. La verdad es que está entre los panes más delicisos que he probado en mi vida, el olor del pan tiene la suave fragancia del uso de masa madre para la leuda y la textura de una miga firme, consistente y suave. La concha es gruesa pero no rompe los labios. Pero la bolsa me pareció preciosa, con ilustraciones y explicaciones de los principales cereales que utilizan en sus panes: trigo, maíz, quinua, arroz, centeno, cebada y sorgo. Además los textos señalan en cuáles preparaciones son utilizados.

Más allá de la crisis económica que se está viviendo a nivel mundial y que en Venezuela viene desde el famoso Viernes Negro a principio de los 80, creo que el placer y la belleza se expresa en miles de detalles, que la mayoría de las veces obedece más a la creatividad que al dinero.

No puedo negar mi desagrado cuando me dan el pan en bolsas plásticas que además si está caliente lo sudan y convierten en una masa chiclosa. Ni contar cuando me sirven el café en vasitos plásticos cuando hay tazas de porcelana, porque al empleado le da flojera lavarlas y tuercen la boca de puro desagrado cuando se les pide que lo sirvan en una taza.

Lo cierto, es que en París encontré dos ejemplos preciosos de lo que se puede hacer con las bolsas de papel de la panadería, hechas con el material de siempre que puede ser reciclado o de estraza, con impresiones a uno o dos colores, pero bellamente decoradas. Incluso en el caso de la Poilane, con ilustraciones y textos educativos sobre la procedencia y uso de los cereales más significativos en sus preparaciones.

Un caso ya extremo puede ser el de la pastelería del famoso Pierre Herme, sin embargo, presta un servicio nada costoso (incluso calculándolo a un Euro de libre mercado). Esta pastelería en particular donde todo lo vende para llevar, colocan todo en cajas y bolsas bellísimas, bien elaboradas que además ayudan a preservar la calidad extraordinaria de sus productos.

Si una cosa me encanta de la caótica Italia, es el culto por lo bello, llena de detalles que parecen insignificantes ante el caos, pero que sin darnos cuenta se van colando poco a poco en el alma. Allí tal vez está uno de los milagros más increíbles de la belleza. Estoy segura que mandar a imprimir una bolsa a un color con un lindo diseño no representa un gasto significativo, incluso muchos ya tienen que mandarles a imprimir de todos modos algunos datos fiscales. Entonce, pueden aprovechar el mismo espacio y la misma tinta para plasmar ilustraciones. Además el país está lleno de diseñadores talentosísimos, que apuesto lo que sea, harían propuestas incluso mucho más lindas y creativas.


Frente a la pastelería del famoso Pierre Hermé, calificados por algunos como uno de los mejores del mundo. Más allá de los deliciosos macarrones que venden ahí, las cajas y bolsas donde despachan sus delicias son preciosas. Cuando salí de la pastelería con esta bolsa, me sentí como si estuviera en la boutique de Louis Vouiton o Gucci.

Vanessa Rolfini Arteaga
Vanessa Rolfini Arteaga
Comunicadora social y cocinera venezolana dedicada al periodismo gastronómico. Egresada de la UCAB con estudios de especialización en la Universidad Complutense, de crítica gastronómica en The Foodie Studies y entrenamiento sensorial en la Escuela de Catadores de Madrid. Actualmente, redactora en Sommelier y columnista del diario Correo de Perú. Conductora de rutas gastronómicas y editora de guías. Experta catadora de chocolates.
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