«Nada más apropiado que un refrescante vino rosado para combatir el calor intenso, al igual que los blancos es ideal al mediodía o en la tarde para acompañar platillos livianos como ensaladas o simplemente para conversar.
Sin embargo, durante mucho tiempo los rosados han gozado de mala fama, muchas de las causas de este hecho tiene fundamento pero otras no. En la creencia popular se les señala como un mal tinto, o la mezcla de un blanco con un tinto o peor aún, un vino indefinido difícil de ubicar. Ciertamente, la industria vitivinícola descuidó por mucho tiempo el tema de los rosados, a pesar que muchas regiones productoras no han bajado la guardia al respecto y a pesar de la opinión pública adversa, han logrado no solo mantener la calidad sino superarla».
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