El chef Edgar Leal abre su nuevo restaurant, que más allá de llevar su apellido como nombre, resume la experiencia de uno de los cocineros más respetado de la culinaria criolla.
Pocos restaurantes tienen un nombre tan acertado como “Leal”. No se limita a un apellido, sino que puede jugarse con las acepciones de una palabra que implica lealtad al comensal, al productor, al producto, y al ingrediente. Lealtad a los principios de un cocinero, que hace 25 años entró por primera vez a una cocina profesional, y quedó atrapado por el fuego del que no se pudo librar jamás.
El chef Edgar Leal es uno de los cocineros más respetados del medio local, con un menú que va directo al grano, en una cocina sin trampantojos, ni efectos especiales. Sabor, producto y honestidad. “Mi intención es ofrecer una cocina sabrosa, sin tanto humo. En realidad, me he sincerado y eso llega con la adultez, con lo que es realmente sabroso en la vida”, afirma Leal.
Todo indica que Edgar Leal finalmente encontró un espacio para expresarse, “nunca he dejado de trabajar en un restaurant. Noches, fines de semana, nunca he hecho catering, ni asesorías. Yo amo estar aquí. Me gusta que el restaurant haga cubiertos, que haya adrenalina como el paso por una guerra que ganaste y lo disfrutas”.
Lea el resto del texto en la sección Lugares de Encuentro de la Revista Sala de Espera, noviembre 2012