Sabrosa Navidad en familia

En plena cena navideña. Mi prima Marcolina asoma su cabeza para la foto

Ana Beatriz, mi sobrina, la única niña de la cena pero echa tanta «varilla» que da la impresión que hay muchos niños

Mi tía Milagros y mi mamá, leyendo un mensaje que nos enviaron a todos.

Antonio y yo … los dos estábamos muy conmovidos

Mi hermano Giordano, junto a mis primas la Negra y la Nena

La cena de Nochebuena este año estuvo espectacular, compartí con mi esposo, mi mamá, mi hermano, mi sobrina, mis tíos y mis primos, en fin, nos sentamos alrededor de una mesa larga, muy larga, 19 personas. Hacía mucho tiempo que no compartíamos juntos la Navidad, nos pusimos al día, nos divertimos, conocimos los nuevos miembros de la familia, y pare de contar, es decir …. una cena maravillosa.
Improvisamos un gran mesón, porque a última hora decidimos que queríamos comer todos en la misma mesa, de los rincones de los closets y de los lugares más insólitos salieron velas, flores, servilletas decoradas, incluso las copas de champaña las sacó mi Tía Teresa para que las estrenáramos, porque fueron un regalo de bodas de su ex-exposo, quien por cierto murió hace años.
Cenamos el típico menú navideño, preparado casi todo por mi por mi tía Teresa, quien es una cocinera extraordinaria, con la ayuda de Rocio, quien también cocina muy bien. Hallacas – como las de mi abuela, solo le faltaba la ciruela pasa grande y sin semilla -, ensalada de gallina, pan de jamón de la panadería, jamón planchado que para mi sorpresa estaba muy bueno y cerramos con mousse de chocolate, que fue lo único que preparé yo.
Brindamos por la prosperidad, por la bendición de estar juntos, mi mamá leyó la «palabra diaria», a muchos se nos hizo un nudo en la garganta en ese momento.
Con la alegría contagiosa de la Navidad, intercambiamos regalos, disfrutamos con Ana Beatriz – mi sobrina – su Niño Jesús y los chistes y las risas se extendieron hasta que salió el sol, cuando los que aguantaron «arrasaron» lo que quedaba por ahí: bollos, pan de jamón y ensalada.
Al otro día, mi tía Teresa preparó empanadas rellenas de jamón y queso para el desayuno, con café con leche y los chismes de la noche anterior.
Gracias a mi esposo, mi mamá, mi hermano, mi cuñada, mis sobrinos, mis tíos y mis primos, por una cena de Navidad tan maravillosa.
Pero el mayor agradecimiento a mi Tía Teresa y a Marcolina por su extraordinaria hospitalidad, por albergar en su casa a casi toda esta gente, por el cariño, por los detalles, por el cafecito en la cama, por procurar que no faltara nada y sobrara de todo.

Mi primo Jesús Argüello – el Negro – con sus hijos Luis Antonio – el Gordo – y la Negra
Antonio, junto a mi Tía Teresa en un momento de la cena
Vista cercana de la comida, esta copa es una de las del regalo de boda
Vanessa Rolfini Arteaga
Vanessa Rolfini Arteaga
Comunicadora social y cocinera venezolana dedicada al periodismo gastronómico. Egresada de la UCAB con estudios de especialización en la Universidad Complutense, de crítica gastronómica en The Foodie Studies y entrenamiento sensorial en la Escuela de Catadores de Madrid. Actualmente, redactora en Sommelier y columnista del diario Correo de Perú. Conductora de rutas gastronómicas y editora de guías. Experta catadora de chocolates.

1 COMENTARIO

  1. Querida Prima demas estaria decirte que la pasamos super bien el 24 de Diciembre compartiendo y disfrutando todos juntos despues de año y medio que fue la ultima vez que nos vimos todos. Tu blog esta muy bueno y el resumen de la cena del 24 me gusto mucho. Te deso lo mejor para ti este año y que Dios y lo Astros conspiren a tu favor para que tengas el mejor de los años. Con Cariño tu primo el gordo. Besos

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