Cocinero muere quemado a manos de una turba

Roberto Fuentes
Roberto Fuentes

Roberto Jesús Fuentes Bernal de cuarenta y dos años era cocinero, valenciano de origen y viviá en Petare. Desde hace cuatro años trabajaba en el Ministerio para la Alimentación y hace una semana comenzó en un restaurant de Los Ruices, en Caracas.

El lunes cuando iba a su trabajo intentó ayudar a un señor mayor que acababan de asaltar frente a la estación del Metro Los Cortijos, pero lo confundieron con el ladrón y una turba enardecida lo golpeó y quemó vivo, convirtiéndose en el décimo segundo linchamiento que se produce en el sector entre 2015 – 2016.

Narran testigos que Fuentes intentaba explicarse, que rogaban que no lo mataran, pero en medio de los coñazos lo rociaron con combustible y le prendieron fuego mientras los victimarios gritaban «robó al viejo». Luego una señora intentó apagarlo con agua, otro transeúnte tomó una especie de tela de una pancarta e intentó envorverlo en ella hasta que finalmente un motorizado usó una chaqueta y apagó las llamas. (Para quien  desee alimentar su morbo hay videos en youtube. Yo no lo quise ver)

En un primer momento lo llevaron al hospital Domingo Luciani en El Llanito, pero por la falta de insumos lo trasladaron al Pérez Carreño, donde murió de un infarto el martes 5  de abril a las 9 de la noche después de 24 horas de agonía. Fuentes Bernal pudo pedir que avisaran a su familia, dió el teléfono y logró narrar su versión de los hechos.  El resto es una historia de horror donde murió un «presunto» inocente en una ciudad que ha decidido tomar la justicia en sus manos.

El cocinero deja cuatro hijos de 9. 14. 17 y 25 años, vivía en la vía Petare – Santa Lucía. Su tía Teresa Bernal declaró a los medios «Dios le dio la oportunidad a mi sobrino de vivir un poco más para contar lo que pasó».

Esta noticia tan desoladora me recuerda a San Lorenzo – diácono y mártir – quien el 10 de agosto de 253 d.C.,  murió quemado vivo sobre una parrilla y al igual que Fuentes consumido por el fuego en dos actos de tremenda injusticia.  San Lorenzo es el santo de los bibliotecarios, los archivistas, los comediantes, los estudiantes y como una gran ironía de los cocineros. Un texto en Wikipedia afirma: «La leyenda afirma que en medio del martirio, dijo: «Assum est, inqüit, versa et manduca» (traducción: ‘Asado está, parece, gíralo y cómelo’)».

Por lo pronto solo resta rezar por el descanso de este cocinero, los más devotos le pedirán a San Lorenzo que acompañe su alma. Y a los que nos quedamos vivos y coleando en la ciudad de la furia, solo nos resta rezar para que la violencia no nos alcance.

Vanessa Rolfini Arteaga
Vanessa Rolfini Arteaga
Comunicadora social y cocinera venezolana dedicada al periodismo gastronómico. Egresada de la UCAB con estudios de especialización en la Universidad Complutense, de crítica gastronómica en The Foodie Studies y entrenamiento sensorial en la Escuela de Catadores de Madrid. Actualmente, redactora en Sommelier y columnista del diario Correo de Perú. Conductora de rutas gastronómicas y editora de guías. Experta catadora de chocolates.
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2 COMENTARIOS

  1. Siempre he dicho que eo de los linchamientos lo unico que logra es una esperial de violencia y en mas de una oportunidad comente que alguna persona inocente podria ser linchada y lamentablemente ya sucedio.

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