El Salón del Cacao y Chocolate de Colombia llega este 2023 a su décimo aniversario. Como todos los años, tendrá lugar en Arauquita, municipio del departamento de Arauca, y se celebrará del 27 al 30 de abril.
En su ánimo por conseguir una mayor proyección internacional, este año el Salón volverá a contar con invitados extranjeros de renombre. Lo visitarán Maricel Presilla, cofundadora del Instituto Internacional de Cata de Cacao y Chocolate (IICCT) de los International Chocolate Awards y Rafa Gorrotxategi, maestro pastelero, confitero, chocolatero vasco y miembro de la Asociación Bean to Bar España, que además acaba de presentar en España su primera colección de chocolates bean to bar.
Amplio programa de actividades
El Salón del Cacao y Chocolate de Colombia, que surgió a iniciativa de los productores de cacao del país, busca ser el evento de referencia para mostrar al mundo la calidad del cacao y el chocolate colombianos, y espera convertir este evento en el lugar de encuentro de todos los interesados en el sector.
Para ello, programan actividades como:
- El Concurso nacional muestra de grano de cacao seco «Grano de Cacao de Oro”.
- El Concurso nacional «Mazorca de cacao de Oro”.
- El Concurso Nacional de Chocolate de origen colombiano «Chocolate de Oro”, organizado por los International Chocolate Awards, como preselección para la competencia de América y la posterior a nivel mundial.
- El Concurso «Faena de degullado de cacao”.
- El Curso certificado combinado de nivel 1 y nivel 2 en cata de chocolate, impartido por el Instituto Internacional de Cata de Chocolate y Cacao (IICCT).
- Un ciclo de conferencias.
- Y el taller para chocolateritos, que pretende fomentar la cultura chocolatera entre los más pequeños.
Del desconocimiento a la obtención de los máximos galardones internacionales
El Salón, además, es una oportunidad de disfrutarlo también como una opción de turismo, dado el entorno de gran biodiversidad de fauna y flora araucana. Los amantes del chocolate pueden asimismo encontrar en él las mejores tabletas y bombones elaborados con la selección más excelente de materiales colombianos. Para los estudiosos del chocolate es también un espacio en el que se exponen los últimos avances en investigación sobre cacao y chocolate, así como las tendencias y diferentes experiencias comercializadoras de ambos productos.
En su día lo han podido ir comprobando invitados como Maricel Presilla, habitual colaboradora del evento como cofundadora del Instituto Internacional de Cata de Cacao y Chocolate (IICCT) y de los International Chocolate Awards. O Warren Hsu, fundador del multipremiado Fu Wan Chocolate y Mónica Míguez Ricón, que visitaron el evento en 2018.
A la edición de 2019, acudió María Fernanda Giacobbe, primera ganadora del Basque Culinary World Prize, junto a Joan Baixas, fundador de Amazing Chocolate, empresa especializada en la importación de cacao y miembro como Rafa Gorrotxategi de la Asociación Bean to Bar España. Tanto para Baixas como para Massimiliano Cavicchioli, que acudió al salón en la pasada edición, “este evento supone la gran oportunidad de entrar en contacto directo con los productores cacaoteros colombianos”, pues el salón es también, un entorno en el que los comercializadores se encuentran con los productores asociados en las cooperativas, que comercializan los mejores granos de cacao de Colombia.
Todos estos invitados han ido formando parte de los paneles de catación que han ido eligiendo los mejores cacaos y chocolates colombianos de los últimos años. Prueba de la calidad de los materiales colombianos son las decenas de premios que ya han recibido también fuera de sus fronteras.
Un ejemplo de ello es que la muestra enviada por la Federación Nacional de Cacaoteros (Fedecacao) a la segunda edición de los International Chocolate Awards, de 2010, y que se convirtió en ganador de dicho concurso. Superó en la competencia a 148 muestras de 19 países productores. Y al año siguiente, se consiguió repetir la hazaña.
Antes de estos dos premios ,el mundo del chocolate prácticamente desconocía que Colombia produjera cacao, y mucho menos cacaos finos de sabor y aroma dignos de recibir estos galardones. Desde entonces el país ha venido desarrollando su cadena productiva con la creación de microempresas chocolateras y ha incrementado la exportación de granos de cacao catalogados como granos especiales y de origen.
El cacao como cultivo para la paz
En la actualidad, la región de Arauca, donde se celebra el Salón, puede ofrecer al mercado mundial más de 10.000 toneladas de cacaos finos de sabor y aroma, algo relacionado con que en Colombia se hayan reemplazado 25.000 hectáreas de cultivos ilícitos por cacao. Y su plantación se ha convertido en una alternativa prometedora.
De hecho, el cultivo del cacao es uno de los mayores pilares del éxito de las políticas de post conflicto del Estado en la recuperación de la paz en el campo. Los cultivadores de coca están optando por sustituir sus cultivos ilícitos buscando alternativas ecológicas y rentables como los cultivos del cacao, de cuentan con una buena comercialización y son favorables para el medio ambiente.
El Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos Ilícitos ha beneficiado a casi 100.000 familias campesinas que han cambiado voluntariamente sus cultivos ilícitos por proyectos productivos prósperos como el cacao. Hasta el momento, el cacao se encuentra en los departamentos de Antioquia, Arauca, Bolívar, Caquetá, Cauca, Córdoba, Guainía, Guaviare, Meta, Nariño, Norte de Santander, Putumayo, Valle del Cauca y Vichada.
Las políticas de la Dirección de Sustitución de Cultivos Ilícitos del gobierno nacional las maneja la Agencia de Renovación del Territorio. En ella es donde actualmente los productores realizan las solicitudes de sustitución de cultivos ilícitos.
La otra institución que está apoyando este cambio es la Federación Nacional de Cacaoteros (Fedecacao), que capacita y acompaña a las familias de agricultores para que aprendan a desarrollar sus cultivos de cacao y a generar empleo.
Según Fedecacao, existen varios aspectos que se deben tener en cuenta para la sustitución de cultivos ilícitos como son el aspecto ambiental, el tema económico relacionado con la comercialización del cacao y el impacto social que puede conseguir. Este último punto es de gran importancia, ya que el trabajo de los cultivos del cacao disminuye los índices de violencia en las regiones y regula el comportamiento de la sociedad articulando y uniendo a las familias campesinas.
En Colombia queda mucho por hacer en cuanto a conseguir el impulso que sus cacaos y chocolates merecen. El futuro nos dirá si los esfuerzos que se están haciendo desde diversos ámbitos consiguen las mejoras necesarias en la producción, comercialización y difusión tanto del cacao y el chocolate colombianos tanto fuera como dentro del país.