«Bachaqueros» es la palabra que sale al ruedo de la Venezuela actual con la acepción de persona que acapara para vender, suerte de contrabandista que trafica con productos de la cesta básica. Pero hemos convertido el sustantivo en verbo, entonces «bachaquear», se entiende como la acción de lo antes descrito, pero también el salir a buscar los productos que se necesitan (sin fines lucrativos), y comprar todo lo disponible para almacenarnos en casa, porque nunca se sabe cuando se pueden comprar otra vez.
Bachaco en realidad es el nombre de una hormiga cortadora perteneciente a las Atta Laevigata: «Los bachacos pueden en una noche acabar un cultivo, estos son insectos organizados en colonias llamados bachaqueros y dirigidos por una reina (…) «, según la página de Asistencia Técnica Agrícola. Probablemente, el símil que inspiró el término viene de la imagen de estos insectos desplazándose en fila cargando trozos de hojas que superan por mucho su peso y volumen.
Por otra parte, Bachaquero es el gentilicio de los pobladores de Bachaquero, en Municipio Valmore Rodríguez en el Estado Zulia. Pero en este caso la segunda acepción no guarda relación. Una última acepción en Venezuela, pero está cayendo en deshuso, es señalar como «bachaco» a una persona de tez oscura y cabello claro (rubio o rojizo).
En internet aparecen como «los nuevos trabajadores de la economía informal dedicados al contrabando de alimentos». Lo preocupante es que ya incorporamos con total normalidad el término a nuestro vocabulario, entonces se escucha expresiones «fui a bachaquear», «estuvimos bachaqueando», «ayer bachaquié todo el día».
Tal es su aceptación que la cadena Farmatodo en un comunicado de prensa sobre las regulaciones en la compras expresó “En primer lugar, nuestros clientes estaban siendo afectados por las largas colas que se registraban en los establecimientos como consecuencia de la presencia de revendedores y bachaqueros, quienes adquirían nuestros productos para ofertarlos en la calle y hasta para contrabando».
En un estudio reciente de Datanálisis la tendencia apunta a que la gente prefiere hacer horas de cola a un trabajo fijo de 8 horas, incluso 2/3 de los individuos en las colas alega que está trabajando. Estos «bachaqueros» al igual que las hormigas cuentan con organización, uno hace la cola en algunos casos para otro o vende el puesto. Generalmente, cuentan con un informante que les proporciona la data sobre dónde encontrar los productos, y todos ganan dinero revendiendo lo que supuestamente está a «precios justos», a cifras absurdamente altas. Tan grave es el problema que el presidente Nicolás Maduro acaba de decretar ilegal la venta de productos de la cesta básica por parte del comercio informal.
Lo triste de esta historia es que el contrabando ha existido desde que el mundo es mundo, pero tenemos un país con una importante fuerza productiva dedicada a esta actividad ilegal, que no aporta más beneficios que los económicos y habría que ver cuánto de cierto hay en eso.
Mientras tanto uno de los grandes logros de la revolución es haber convertido a los venezolanos en «bachaqueros» , que seguramente con la evolución del lenguaje nos terminarán tildando de «bachacos». Es solo cuestión de tiempo para que la Academia Española de Lengua acepte el término.
Para estar actualizados con el lenguaje, lean y repitan la conjugación del verbo «bachaquear»: Yo bachaqueo / tú bachaqueas / ellos(as) bachaquean / nosotras (as) bachaqueamos / vosotros(as) bachaqueais / ellos(as) bachaquean.

Y en Valera (Estado Trujillo) los llaman las pirañas, les tienen miedo y todo porque cuando llegan una cola se colean y ¡ay! del que se queje-
Este fin de semana lo van utilizar millones de venezolanos para bachaquear y los habitantes de Bachaquero en el Zulia para recibir a sus paisanos
Hola! Escribí un post de los bachaqueros y en él te menciono. Gracias! http://churuatica.blogspot.com/2015/11/que-cono-es-un-bachaquero.html