Visité dos mercados en la región de Oaxaca. Uno funciona los sábados en la población de Teotitlán del Valle, famosa por sus telares. El otro funciona los domingos en Tlacolula, se trata de un centro de comercio más grande complejo, variado y ruidoso.
En líneas generales, los mercados mexicanos que tuve la oportunidad de conocer (en Distrito Federal y en Oaxaca), tienen como elementos comunes el colorido, el ruido, «la informalidad» y el trato directo con entre vendedores y compradores. En el caso de los oaxaqueños, destacan productos autóctonos que me hicieron recordar la despensa venezolana, como variedad de cambures, mangos, ciruelas de huesito, por solo mencionar algunas frutas. Además del queso Oaxaca, que se podría comparas con el queso clineja criollo.
En su estilo me encargaron ambos mercados. Comí deliciosamente, en lugares modestos pero limpios, hice compras, tomé fotografías, caminé, simplemente me nutrí en todas la acepciones del término. Gracias a mi amigo y colega Frederick Jiménez por sus excelentes oficios como guía y compartir sus lugares favoritos y recomendarme con sus proveedores de productos.
En este caso prefiero compartir algunas fotos, aquí si se aplica aquella máxima esbozada por Mchan «una imagen vale más que mil palabras».