La ruta tras los pasos de café El Laurel

el laurel

«El momento del café es fugaz, pero también vivaz», Alain Ducasse

Formé parte del primer recorrido organizado por Pietro Carbone (@carboneesspreso) a la tierra donde nace, crece, se recolecta y procesa café El Laurel. Ubicado en la estación experimental Jaime Henao Jaramillo de la Falcultad de Agronomía, de la Universidad Central de Venezuela,  en la Cortada de Guayabo, estado Miranda. Uff!!! Cuántos nombres juntos, pero también cuanta información y un amasijo de emociones relacionados con la patria.

La actividad la recomiendo con los ojos cerrados. Se trata de un lugar    que prácticamente se encuentra dentro de los límites de la Gran Caracas, de hecho, está a escasos minutos de Hoyo de la Puerta, puerta hacia el occidente del país.  Pietro ha contemplado todo: transporte cómodo, la presencia del profesor Víctor Moreno (@profesorVictorM) quien hábilmente a través de la lectura de refranes, crónicas de viajes y extractos de libros de autores venezolanos, prepara la mente y corazón para pisar una plantación de café.

Al llegar, nos recibió un paisaje verde y frondoso, complementado con un clima fresco. Nos presentaron a Edgardo Villaverde, ingeniero agrónomo empecinado en mantener a flote la estación experimental.  Después de un rico desayuno, dictaron una charla sobre la historia del café, luego visitamos las plantaciones, los semilleros y los viveros. Le siguió un recorrido por la procesadora donde se lava, seca, trilla, tuesta y empaca el café.  La jornada finaliza con un cruzao de res y pollo al son de arpa, cuatro y maracas. Y la presencia de la cerveza artesanal hecha a base de café Norte del Sur (@VENortedelSur)

Una actividad está  llena de detalles y buena atención, en la que puede participar toda la familia.  Felicidades a Pietro Carbone por la iniciativa!!!

Consideraciones sobre el café y sus circunstacias …

La estación experimental se fundó en 1966, para darle atención técnica a los productores de café de la zona, que hasta la década de los sesenta eran muchos. Por lo general, la gente se sorprende cuando menciono que Café El Laurel viene de la zona de Cortada de Guayabo, pero no hay que olvidar que el Valle de Caracas fue zona cafetalera. Lo cierto, es que aún presta ese servicio a los pocos productores que quedan y en este momento no cuentan con obreros, ni presupuesto. Son 365 hectáreas de las cuales solo cien están intervenidas.

Cuando se pisa un lugar como ese cuesta creer que un país con nuestras posibilidades esté en crisis. No pregunté qué fetilizantes utilizan, ni siquieran si podan los cafetos o de dónde proviene la mano de obra para el cuido y la recolección. Intuí que eran preguntas muy incómodas. Pero la naturaleza es tan generosa que los cafetos están a reventar, las ramas apenas pueden sostener el peso de tantos frutos perfectos, en medio del monte sin contar, o equipos que se instalaron hace más de 50 años y  estoy segura que funcionan contra todo pronóstico por el tesón de un personal comprometido.

La belleza en Venezuela es el trampantojo de nuestra propia desgracia. ¿Cómo puede ser dañino o perjudicial algo tan bello? Claro, la belleza es como un nocaut a los sentidos, pero basta recomponerse un poco para entender lo que pasa alrededor. Un lugar como la estación experimental de la UCV, sería la envidia de cualquier productor de café del mundo: terruño perfecto, equipos  y conocimiento técnico. El mejor ejemplo de esto, es un horno de secado, que para justificar su funcionamiento, hay que contar con por lo menos 500kg de café y nunca se ha encendido porque ninguna consecha alcanza las cifras requeridas.

Sin embargo, me quedo con las palabras de Pietro Carbone, «estamos trabajando para obtener una mejor taza de café». Y así es … Bravo!

oct 2013 096
«Los niños de hoy no saben de dónde procede un bistec o la leche, y cuando dibujan una gallina la pintan desplumada y asada, sin cabeza ni patas. En muy pocas generaciones se ha logrado que la percepción de los ingredientes cambie radicalmente», Daniel  Innerarity.
Me encantó la presencia de niños a la actividad. Se forman lazos afectivos y nunca olvidarán de dónde proviene el café que llega a su taza.
Vanessa Rolfini Arteaga
Vanessa Rolfini Arteaga
Comunicadora social y cocinera venezolana dedicada al periodismo gastronómico. Egresada de la UCAB con estudios de especialización en la Universidad Complutense, de crítica gastronómica en The Foodie Studies y entrenamiento sensorial en la Escuela de Catadores de Madrid. Actualmente, redactora en Sommelier y columnista del diario Correo de Perú. Conductora de rutas gastronómicas y editora de guías. Experta catadora de chocolates.
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